MITOS SOBRE ALIMENTACIÓN I

Muchas veces escuchamos afirmaciones que, ya sea por tradición popular o por tanto escucharlas pueden llegar a hacernos dudar de si son verdad o no. Algunos ejemplos:

- La sal engorda: la sal es acalórica, es decir, carece de calorías, por lo que no engorda absolutamente nada. Sí puede ocurrir que aumentemos de peso debido a que provoca retención de líquidos, pero ese aumento de peso sería debido a un aumento en líquidos corporales y no en grasa. Por otro lado conviene recordar que el exceso de sal provoca un aumento de la tensión arterial, así que hay que tomarla con moderación.


- Sudar adelgaza: al sudar lo que perdemos son sales minerales y agua, pero no grasas, que es lo que nos interesa perder si queremos adelgazar de verdad. El peso que hayamos podido perder después de un ejercicio con el que hemos sudado mucho lo volveremos a recuperar en cuanto bebamos y repongamos los líquidos perdidos. Para adelgazar hay que hacer ejercicios que quemen calorías, con independencia de si sudamos o no.

- La miga de pan engorda más que la corteza: es una creencia popular muy extendida, pero errónea. Tanto la miga como la corteza del pan están hechas con los mismos ingredientes exactamente, por lo que la cantidad de calorías contenida en una es idéntica a la contenida en la otra. La diferencia se encuentra en que en la miga hay mayor concentración de agua y por eso tiene una textura esponjosa. Lo que de verdad engorda son las salsas con que acompañamos al pan...