Al
escuchar “alimento saludable” vienen a nuestra mente aquellos alimentos que son
o bien neutros o tienen efectos positivos sobre nuestra salud, es decir, que
son beneficiosos. Pero, ¿es realmente eso?
La FDA
(Administración de Drogas y Alimentos) americana definió alimentos saludables
como todos aquellos que por porción no aportan más de 13 gramos de grasas
totales, 4 gramos de grasa saturada, 60 mg de colesterol y 460 mg de sodio;
debe cubrir además un mínimo del 10% de la CDR (Cantidad Diaria Recomendada) de
al menos uno de los nutrientes siguientes: calcio, proteínas, hierro, fibra,
vitamina A o vitamina C.
La
definición anterior hace que lo que nosotros conocemos como alimento saludable
a veces no lo sea de forma estricta ya que, por ejemplo, el pan integral sería
un alimento saludable, pero el pan blanco no por no alcanzar ninguna de las CDR
de la definición (a pesar de cumplir con respecto a las grasas, sodio y
colesterol).
El
huevo tampoco entraría en esta definición ya que supera el límite de
colesterol, aunque cumple el resto de los requisitos. El problema está en que
se sabe que el huevo no es perjudicial para la salud y ofrece buenos
nutrientes, por lo que sería excesivo calificarlo como “no saludable” en base a
la definición de la FDA.
Lo
ideal es que en una dieta equilibrada estén presentes todos los alimentos y,
aunque no entren en la definición de “alimento saludable”, si nuestra
alimentación es adecuada, no tendremos ningún problema. Además debemos recordar
que los alimentos aportan otras sustancias (antioxidantes, fitonutrientes…) que
la FDA no contempla en su definición y que son favorables para nuestra salud.
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