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miércoles, 12 de agosto de 2015

QUEMA CALORÍAS SIN ENTERARTE

Muchas veces nuestro ritmo de vida hace que sea complicado sacar todo el tiempo que nos gustaría para hacer ejercicio. Pero eso no significa que debamos renunciar a quemar calorías ya que en nuestro día a día podemos adoptar una serie de hábitos encaminados a conseguirlo.

-          Camina: en la sociedad actual muchas veces se abusa a la hora de utilizar el coche e incluso muchas personas van en él “de puerta a puerta”. Si vas a un sitio que esté cerca, aprovecha y ve andando. De este modo haces algo de ejercicio, ayudas a mejorar tu salud, ahorras combustible, beneficias al medio ambiente… Y cuando vayas a trabajar, si es imprescindible por la distancia que vayas en coche, por qué no aparcar un poco más lejos y aprovechar 10 minutos de caminata?

-          Adopta un perro: si tienes perro ya te habrás dado cuenta de que es un buen ejercicio para ti cuando lo sacas a pasear. Jugar con él, correr o simplemente pasearlo es una buena manera de mantenerte activo tú también 2 o 3 momentos al día.

-          Sube escaleras: los ascensores son un buen invento cuando necesitamos una ayuda extra por ir demasiado cargados pero, por qué no usar las escaleras cuando no llevamos ningún peso?

-          Niños: si hay alguien que no para en todo el día, esos son los niños. Juegan, corren, saltan… Y si nos volvemos un poco niños y disfrutamos con ellos?

-          No uses carrito de la compra: se trata de una gran ayuda cuando vamos a realizar una compra grande pero si sólo vamos a comprar unas cuantas cosas, mejor prescindir de él. De este modo, al utilizar la cesta, ejercitamos los brazos y otras zonas al agacharnos y levantarnos para recoger y dejar los artículos

-          Viaja: no estamos hablando de viajes que vayan a suponer un gran desembolso económico ya que no es necesario. Simplemente los fines de semana o cuando tengas vacaciones muévete, haz excursiones al campo, a la playa… El ajetreo hace que nuestro metabolismo esté más acelerado y además, por norma general, en este tipo de situaciones se suele comer menos


¿A que no es tan difícil?

miércoles, 5 de agosto de 2015

¿A QUÉ LLAMAMOS ALIMENTO SALUDABLE?

Al escuchar “alimento saludable” vienen a nuestra mente aquellos alimentos que son o bien neutros o tienen efectos positivos sobre nuestra salud, es decir, que son beneficiosos. Pero, ¿es realmente eso?

La FDA (Administración de Drogas y Alimentos) americana definió alimentos saludables como todos aquellos que por porción no aportan más de 13 gramos de grasas totales, 4 gramos de grasa saturada, 60 mg de colesterol y 460 mg de sodio; debe cubrir además un mínimo del 10% de la CDR (Cantidad Diaria Recomendada) de al menos uno de los nutrientes siguientes: calcio, proteínas, hierro, fibra, vitamina A o vitamina C.

La definición anterior hace que lo que nosotros conocemos como alimento saludable a veces no lo sea de forma estricta ya que, por ejemplo, el pan integral sería un alimento saludable, pero el pan blanco no por no alcanzar ninguna de las CDR de la definición (a pesar de cumplir con respecto a las grasas, sodio y colesterol).
El huevo tampoco entraría en esta definición ya que supera el límite de colesterol, aunque cumple el resto de los requisitos. El problema está en que se sabe que el huevo no es perjudicial para la salud y ofrece buenos nutrientes, por lo que sería excesivo calificarlo como “no saludable” en base a la definición de la FDA.


Lo ideal es que en una dieta equilibrada estén presentes todos los alimentos y, aunque no entren en la definición de “alimento saludable”, si nuestra alimentación es adecuada, no tendremos ningún problema. Además debemos recordar que los alimentos aportan otras sustancias (antioxidantes, fitonutrientes…) que la FDA no contempla en su definición y que son favorables para nuestra salud.

martes, 28 de julio de 2015

LA PIMIENTA DE CAYENA

Ya hemos comentado en alguna ocasión que las especias son un buen aliado en la cocina ya que dan sabor a nuestros platos sin añadir calorías y evitando un uso excesivo de sal. Además de esto, pueden ofrecernos diversos beneficios adicionales en nuestro organismo, por lo que deben ser un valor fijo a la hora de cocinar.

Hoy vamos a centrarnos en una especia en concreto: la pimienta de cayena.
La pimienta se ha venido utilizando en la cocina tradicional ya desde hace siglos para aportar a la comida su toque picante, algo que no es del agrado de todo el mundo. Se suele comercializar en polvo o en granos que se muelen para convertirlos en polvo, que es la forma más habitual de añadirla a los alimentos.

Se trata de una especia con diversas propiedades medicinales:
-          mejora el sistema circulatorio: ayuda en el control de los niveles sanguíneos de triglicéridos y colesterol, por lo que beneficia la circulación sanguínea y ayuda a mantener en buen estado venas y arterias. Por ello es recomendable para personas con mala circulación o hipertensión

-          beneficia al aparato respiratorio: su poder antibacteriano protege a los pulmones frente a las bacterias y al actuar como mucolítico elimina y favorece la desaparición de los excesos de mucosidad (especialmente interesante cuando tenemos catarro)

   -          mejora las digestiones: al estimular la producción de jugos gástricos, hace que las digestiones sean más rápidas y mejores, lo que provoca a su vez un incremento en la velocidad del metabolismo dando como resultado un mayor consumo calórico (motivo por el cual se recomienda en personas que buscan perder peso)

Pero los beneficios de la pimienta no se acaban ahí:
-          su contenido en flavonoides y vitamina C hace que posea un elevado poder antioxidante que ayudará a proteger nuestras células del daño y las agresiones externas. Por ello puede influir en cierta manera en la prevención frente a diversos tipos de cáncer

-          la capsaicina, que es la sustancia que le confiere el sabor picante, puede llegar a provocar dolor en cantidades elevadas. Motivo por el cual el cerebro, para prevenirlo, segrega endorfinas que nos ayudan frente a esa sensación. Por eso la pimienta se usa para combatir el dolor


No lo pienses más y, si todavía no lo haces, añade la pimienta de cayena a tus especias habituales. Tienes mucho que ganar.

lunes, 20 de julio de 2015

NECESIDADES ENERGÉTICAS EN VERANO

Seguro que más de una vez has escuchado que en invierno debemos ingerir más calorías porque nuestro cuerpo debe realizar un mayor esfuerzo para mantener su temperatura y por ello consume más energía, verdad? Si hacemos caso a esto, lo razonable sería pensar que en verano las necesidades energéticas serán menores porque ese sobreesfuerzo no existe. Pues bien, esta creencia es falsa.

No debemos olvidar que ese consumo calórico realizado en la regulación de la temperatura corporal ya está incluido en el metabolismo basal, que es el consumo energético para mantener nuestras funciones vitales. De modo que, ya sea para aumentar o reducir la temperatura del cuerpo, se puede considerar que el consumo es constante porque si existen variaciones, son mínimas y no se tienen en cuenta.

Si bien es verdad que las bajas temperaturas ambientales obligan al cuerpo a un mayor esfuerzo regulador, ocurre lo mismo cuando esas temperaturas son elevadas ya que también se necesita un trabajo extra para regular nuestra temperatura corporal (en este caso, para reducirla). Aunque tampoco podemos olvidar que tanto el aire acondicionado como la calefacción nos facilitan mucho esta labor.


Si a lo largo del año no se producen cambios significativos en nuestra actividad física diaria, no es necesario modificar en absoluto nuestra ingesta energética porque si lo hacemos corremos el riesgo de que esos cambios provoquen, por ejemplo, un aumento de peso en invierno al pensar que necesitamos más calorías.

lunes, 13 de julio de 2015

ALIMENTOS Y SOL

Un año más ya tenemos aquí el verano y con él la mayor exposición al sol para conseguir ese bronceado por el que muchos llevan todo el año esperando.
Normalmente, al hablar de alimentos y tomar el sol, se suelen destacar aquellos que nos pueden ayudar a potenciar o acelerar el bronceado. Pero es muy importante conocer también aquellos que van a representar una ayuda extra para protegernos del sol.
Por ello, aunque no debemos olvidar recomendaciones generales como usar crema solar y evitar una exposición excesiva al sol (sobre todo en las horas más críticas), hoy hablaremos de una serie de sustancias presentes en los alimentos que nos van a ayudar a disfrutar del sol de una forma más saludable.

-          Luteína: está presente en verduras de hoja verde como acelgas, lechuga o espinacas. Se trata de una sustancia que protege frente al crecimiento celular favorecido por los rayos UV.

-          Limoneno: podemos encontrarlo en los cítricos. Se ha comprobado mediante un estudio que puede llegar a reducir la probabilidad de desarrollar cáncer de piel en un 32%
 
-          Carotenoides: forman parte de las hortalizas y frutas de color rojo y naranja como calabaza, zanahoria o tomate. Su función es antioxidante, por lo que ayudan a evitar el envejecimiento de la piel y actúan en cierta manera como protector frente a quemaduras solares, aunque nunca pueden sustituir al protector solar

-          Aceite de pescado: ayuda en la protección frente a quemaduras y colabora en la prevención del daño del ADN celular

-          Antioxidantes: también colaboran en la prevención del daño del ADN de las células


Disfruta todo lo que puedas del sol este verano pero no olvides protegerte ya que la salud es mucho más importante que cualquier bronceado.  

martes, 7 de julio de 2015

SORBETES DE FRUTA

Es inevitable pensar en helado cuando hablamos de verano, verdad? Y es que a la hora de refrescarnos suele ser una de las formas más habituales.
El problema viene cuando pensamos en la cantidad de calorías extra que puede suponer en nuestra dieta un consumo habitual de helados de crema debido a su contenido en azúcares y grasas. Pero ojo, esto no significa que no podamos disfrutar de un rico helado de vez en cuando! Ya sabéis que, en su justa medida, todo tiene su lugar en una dieta equilibrada.
Pero entonces, qué podemos tomar en lugar de helado? Pues la solución es sencilla, qué tal si nos pasamos a los sorbetes?

Se trata de un tipo de helado compuesto por un 80% de agua y un mínimo de un 15% de fruta, por lo que supone una opción mucho más ligera. Si bien es verdad que contienen azúcares simples, no se trata de cantidades demasiado exageradas, aunque también es verdad que debido a ello no podemos abusar en exceso.

Una buena forma de controlar un poco más esas cantidades de azúcares y poder “darnos un capricho” más a menudo es preparar en casa nuestros propios sorbetes usando menos azúcar o incluso cambiándolo por edulcorantes. De este modo podemos elegir los sabores que más nos gusten y aprovechar para hacer sorbetes que nos ayuden en determinadas circunstancias. Como ejemplo os dejo un sorbete de té verde que nos va a ayudar a la hora de hacer la digestión si lo tomamos unas horas después de comer.

SORBETE DE TÉ VERDE

INGREDIENTES: 500 ml de agua, el zumo de 1 limón, 125 g de azúcar o su equivalente en edulcorante, 2 cucharadas de té verde
 
ELABORACIÓN: poner a hervir 3/4 del agua, añadir el té verde y dejar hervir unos 3 minutos. Apagar el fuego y dejar reposar durante 15 minutos. Colar
Preparar un almíbar con el resto del agua y el azúcar (la cantidad puede adaptarse al gusto).
Exprimir el limón y mezclar el zumo con el té y el almíbar.
Repartir la mezcla en los moldes e introducirlos en el congelador.


Os animáis a probar?  

miércoles, 6 de mayo de 2015

ABUSAR DE LAS VITAMINAS

Es sabido por todos que las vitaminas juegan un papel muy importante en el organismo para mantener un buen estado de salud. Pero no debemos olvidar que, como en todo, un exceso no es nada bueno y puede incluso llegar a ser tóxico.
Las vitaminas se encuentran sobre todo en las verduras y frutas, de manera que si seguimos una dieta equilibrada, estaremos aportando al cuerpo las cantidades necesarias de estos micronutrientes. El problema está en que muchas veces se consumen simultáneamente complementos vitamínicos que en realidad no son necesarios y  que pueden provocar un exceso de proteínas.
A continuación hablaremos brevemente de lo que puede ocurrir si consumimos demasiadas vitaminas:

-          Vitamina A: los síntomas de su exceso son náuseas, pérdida de peso, fatiga, un desarrollo óseo anormal, estreñimiento, aumento de la sensibilidad al dolor, dolores de cabeza y dermatitis

-          Vitaminas del grupo B: los síntomas de un exceso de ácido fólico o vitamina B9 son alteraciones del sueño, irritabilidad y urticaria; mientras que si lo que “sobra” es vitamina B12, podemos experimentar un descenso del nivel de potasio corporal, urticaria y disminución del apetito


-          Vitamina C: en cantidades adecuadas nos ayuda, entre otras cosas, a reforzar las defensas y prevenir resfriados; pero su exceso puede provocar problemas intestinales y digestivos y, a largo plazo, provocar cálculos renales

-          Vitamina D: en exceso puede provocar inapetencia, fatiga, freno del crecimiento, calcificación de tejidos blandos, problemas a nivel renal y cardiovascular, aumento de calcio en sangre y náuseas. Puede confundirse con un exceso de calcio

-          Vitamina E: si tomamos demasiada, podemos experimentar alteraciones de la coagulación, dolores abdominales y náuseas

Así que ya lo sabes, evita tomar suplementos vitamínicos a menos que te los prescriba un profesional ya que, de lo contrario, puedes obtener de ellos más perjuicios que ventajas.



domingo, 12 de abril de 2015

COMPRAR DE FORMA SALUDABLE

Cuando vamos a hacer la compra, cada vez parece que nos lo ponen más difícil debido a la gran cantidad de variedad que existe hasta en el más insignificante alimento.
Si queremos mantener unos correctos hábitos de alimentación, debemos poner especial atención al momento de adquirir lo que formará parte de nuestra dieta.

La primera regla fundamental es ir a la compra con una lista y ceñirnos a ella. De lo contrario, corremos el riesgo de llegar al supermercado y ponernos a recorrer los pasillos echando en el carrito alimentos poco o nada recomendables.

Todos sabéis que la colocación de los productos en estos establecimientos está pensada para que “piquemos” en algún producto o promoción que esté destacada de un modo especial o colocada de manera estratégica. Para reducir o eliminar esta posibilidad, es importante conocer el supermercado y hacer el recorrido más corto que nos permita coger todos los elementos de nuestra lista y evitar así las distracciones.

Por norma general, a la hora de elegir entre diferentes productos, lo mejor es decidirnos por los más naturales y sencillos ya que, aunque pueden parecer menos atractivos, son mejores para nuestro organismo.

Sobre todo debemos ser críticos con cada cosa que compremos sin dejarnos influenciar por detalles como, por ejemplo, la marca.

Y una regla de oro es que NUNCA debemos ir a hacer la compra con el estómago vacío porque nuestro subconsciente nos jugará una mala pasada haciendo que nos decantemos por los alimentos más calóricos e, incluso, por muchos que en realidad no necesitamos.


miércoles, 28 de enero de 2015

ESTIMULANDO EL APETITO

Son muchos los motivos por los que una persona puede perder las ganas de comer: enfermedad, depresión, estrés, problemas personales… En estos casos, debemos esforzarnos para volver a estimular su apetito y que recuperen el placer de comer.

Aspectos fundamentales a tener en cuenta son la vajilla, las combinaciones de colores, la decoración y la presentación de la comida. Todos sabemos que los alimentos primero “entran por los ojos”, de manera que debemos prepararlos para que llamen la atención.
Además es de gran ayuda elegir los alimentos preferidos de la persona en cuestión y procurar servirlos aprovechando el aroma que pueden desprender al prepararlos.

Alimentos muy usados en las dietas con enfermos son el filete de ternera, la pechuga de pollo o el lomo a la plancha. Se trata de opciones que resultan secas y difíciles de comer, pero si por ejemplo servimos el lomo cocinado a la cazuela con limón y canela o a la plancha con naranja o piña, tendrá un aspecto y sabor mucho más apetecible. Y en cuanto a la pechuga de pollo, la podemos acompañar de salsa de calabacín o de champiñones.
Si vamos a servir judías verdes, las podemos mezclar con champiñones, calabaza o sopa de tomate en lugar de patatas cocidas.


Si estamos hablando de una dieta por enfermedad, debemos tener cuidado de aportar al enfermo toda la energía que necesita, pudiendo ser necesario recurrir al enriquecimiento de los platos con quesos, frutos secos, aceitunas o aguacate.

lunes, 12 de enero de 2015

SENTIRSE BIEN COMIENDO

Todos sabemos que nuestras emociones están conectadas de alguna manera con nuestro aparato digestivo. Podemos considerar que, además de nuestro cerebro, el intestino actúa como un “segundo cerebro” por el gran número de neurotransmisores y hormonas que fabrica, y por la cantidad de nervios que contiene.

Situaciones como hinchazón abdominal, dolor de estómago o estreñimiento van a provocar que nuestro estado de ánimo empeore apareciendo cansancio, irritabilidad, fatiga…

Por todo ello, debemos ser conscientes de que podemos mejorar ese estado anímico con ayuda de los alimentos, asegurando un buen aporte y asimilación de nutrientes que se lleve a cabo mediante una correcta digestión.

Algunos ejemplos son los siguientes:

-          Agua: debemos tener cuidado ya que es un “arma de doble filo”. Tomada en cantidades adecuadas facilita la digestión y nos hidrata, pero en exceso puede provocar distensión abdominal (hinchazón)

-          Grasas: una elevada ingesta de grasas, al igual que los cítricos, demasiada fibra o el picante, pueden irritar el intestino

-          Fibra soluble: la encontramos en avena, verduras, frutas y legumbres, y nos ayuda a mejorar las digestiones y el tránsito intestinal para sentirnos bien

-          Carne: la más recomendable, por tener una digestión más fácil, es la carne blanca (pollo, pavo)

-          Alimentos con probióticos, como el yogur: cuidan nuestra flora intestinal, lo que mejora nuestras digestiones


Pero no podemos olvidarnos de que debemos acompañar una alimentación sana con la práctica de ejercicio físico, a través del cual, además, estaremos generando endorfinas u “hormonas de la felicidad”.