Tal vez
hayas notado que con el cambio de las estaciones nuestro cuerpo sufre cambios y
adaptaciones. En primavera, sobre todo, es cuando más cambios se dan ya que
aparecen resfriados temporales, alergias y otros problemas que podemos ayudar a
combatir con una dieta adecuada.
En
primavera aparece la astenia (sensación generalizada de cansancio, fatiga y
debilidad física y psíquica) y la fatiga, por lo que debemos aumentar la
ingestión de productos frescos que nos darán las vitaminas necesarias para
hacer frente a estos problemas. Las frutas y verduras son nuestros aliados todo
el año, pero especialmente en primavera.
Los
desayunos primaverales deben contener alimentos ricos en hidratos de carbono,
siendo poco aconsejables las sustancias excitantes como té y café. No podemos
olvidar una fruta o un zumo (si es natural, mejor), eligiendo con preferencia
un cítrico por su aporte en vitamina C, más necesaria en esta estación.
Resumiendo: un buen desayuno constaría, por ejemplo, de un zumo de naranja o
pomelo, unos cereales (preferentemente integrales) y una bebida (lácteo a poder
ser, sino café o té sin cafeína o sin teína, respectivamente).
La
comida es un buen momento para tomar vegetales, ya que ayudan a depurar el
organismo gracias a su aporte de fibra, proporcionándonos además vitaminas para
poder enfrentar las alergias primaverales. Formas de ingerir vegetales y
verduras son cocidas, en ensalada o en puré. El aporte de proteínas animales lo
conseguiremos a través de pescado o aves (pavo y pollo), y el de proteínas
vegetales, de las legumbres. Los hidratos de carbono procederán de patatas
(preferentemente cocidas) o pasta. Como postre, nada mejor que una fruta; y
cambiar el café por una infusión relajante hará que ganemos en salud.
A la
hora de cenar debemos procurar ingerir los alimentos al menos dos horas antes
de acostarnos y no olvidar que debe tratarse de una cena ligera. Lo ideal sería
acompañar pescado con una ensalada o un consomé de verduras. De postre,
optaremos por una fruta o un lácteo (preferentemente desnatado).
Durante
el día podemos tomar fruta cuando tengamos “el gusanillo”, ya que de ese modo
mataremos el hambre a la vez que aportamos más vitaminas a nuestro cuerpo.
Es
importante también recordar que no debemos olvidar hidratarnos convenientemente
a lo largo del día y, para ello, la mejor opción es el agua.
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