Se trata de un alimento que nos brinda el mar y que puede darnos mucho juego en la cocina.
El cuerpo del pulpo es gelatinoso y no presenta ninguna parte dura, por lo que la consistencia es suave y uniforme. En su composición destacan su bajo contenido en grasas y su alta proporción de minerales y líquidos (al igual que cualquier alimento que procede del mar). Debido precisamente a estas características, se trata de una opción muy recomendable para aquellas personas que no quieren pasarse con las calorías.
Pero además, como alimento marino que es, contiene elevadas cantidades de magnesio, sodio, yodo y calcio, que nos ayudará a fortalecer los huesos.
Y no podemos olvidarnos de las vitaminas, donde destaca su contenido en vitamina A, necesaria para mantener en buen estado los tejidos corporales y las mucosas.
Pero si hay algo curioso, es el contenido en taurina que presenta este alimento. Normalmente solemos relacionar la taurina con las bebidas energéticas, de las que es un componente importante, pero el pulpo puede aportarnos niveles correctos y saludables de este compuesto que nos va a ayudar a prevenir la diabetes y desórdenes metabólicos en el hígado.
Y si hay algo que se relaciona con el pulpo es su tinta, la cual posee poder desinfectante frente a hongos y bacterias, por lo que nos va a ayudar a mantener en buenas condiciones nuestro intestino.
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