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viernes, 27 de abril de 2012

ORGANISMOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS


Llamamos OGM a los Organismos Genéticamente Modificados, es decir, aquellos a los que se “han tocado” los genes. Los genes son fragmentos de ADN, que es la molécula en la que se encuentra toda la información para que tengamos un color de ojos determinado, un grupo sanguíneo concreto, o para que seamos hombre o mujer, entre muchas otras cosas.
Hay mucha controversia al hablar sobre los alimentos transgénicos (OGM) y parece que el mundo no se da puesto de acuerdo sobre si son buenos o malos. Vamos a tratar de informar sobre qué son, para qué sirven y si podrían ser peligrosos o no.

Por todos es sabido que desde hace millones de años se han realizado cruces para obtener especies con mejores características (vacas que dan mejor leche, ovejas con mejor lana, semillas de cereales más resistentes…). A esto se le conoce como “selección clásica” y ocurre siempre dentro de una misma especie, pero su gran problema es que se necesita mucho tiempo para conseguir la variedad con las características deseadas. El mundo de la biotecnología ha eliminado este problema, ya que se trasplantan genes directamente de una variedad a otra obteniendo OGM con las características requeridas en un tiempo mucho menor.
Uno de los primeros alimentos transgénicos conocido fue el maíz. Se descubrió una bacteria que poseía un gen capaz de destruir un insecto que era nocivo para el maíz; se extrajo este gen de la bacteria y se introdujo en el ADN del maíz, dando como resultado un maíz resistente al insecto.

UTILIDADES DE LOS OGM

La lista de utilidades de estos Organismos Genéticamente Modificados es amplia:
-          Ámbito médico: es donde la ingeniería genética resulta más útil para la sociedad. Un ejemplo son las bacterias modificadas genéticamente para producir insulina humana que podrán usar los diabéticos.
-          Ámbito agroalimentario:
o       Producción de plantas modificadas genéticamente: actualmente se producen soja, colza, maíz y remolacha, con la propiedad de resistir a algunos insectos herbicidas.
o       Adaptación de cultivos a condiciones extremas como el frío o la sequía.
o       Aumento de las propiedades que dispone una planta naturalmente, como la resistencia.
o       Producción de frutas y verduras de maduración retardada.
o       Obtención de plantas capaces de producir sustancias útiles para fabricar medicinas o introducción de genes específicos en ovejas y vacas para que produzcan leche con sustancias médicas.
o       Modificación de las propiedades nutricionales y del carácter funcional de algunos alimentos (arroz enriquecido con vitamina A).
o       Aceleración del crecimiento de algunos organismos, como el salmón.

DESCONFIANZA

El mayor problema es el desconocimiento de la gente, no ya porque no les interese informarse, sino porque la información sobre los estudios toxicológicos es de muy difícil acceso.
Una explicación es que se trata de estudios realizados por las propias empresas que esperan comercializar el producto, por lo que evitan que los datos trasciendan para evitar que sus competidores se hagan con ellos y se les adelanten.
Un problema que muchos achacan a los OGM es su potencial riesgo de alergia, ya que un alérgico al cacahuete podría serlo también a una planta que contenga un gen procedente del cacahuete, por ejemplo. Bien es cierto que cuando algo así se ha detectado en la fase de desarrollo del producto, se ha parado el proceso y no se ha comercializado (caso de la soja alergénica por contener un gen de la nuez de Brasil).
Otro riesgo es la diseminación en el medio ambiente de genes resistentes a antibióticos, que empezaron a usarse para localizar mejor los OGM. La forma de proceder es la siguiente: introducimos en el organismo el gen de interés y un gen resistente a un antibiótico determinado para, a continuación, poder someter a los OGM al antibiótico y ver cuáles son los organismos inmunes a ese antibiótico, ya que esos serán los que hayan incorporado el gen de interés. El problema está en que esta diseminación conlleva que aparezca un mayor número de bacterias resistentes cuyas infecciones serían cada vez más difíciles de tratar. Por ello, actualmente en la Unión Europea se ha prohibido el empleo de estos genes como marcadores.
Varios estudios científicos indican unos efectos biológicos que podrían ocasionar los OGM:
-          Noviembre 2005, investigadores australianos: constatan que la transferencia de un gen de una judía a un guisante suscitaba efectos inesperados como la producción de anticuerpos (marcadores de una reacción alérgica) en ratones alimentados con ese guisante transgénico. Como resultado se ha parado el desarrollo del guisante.
-          Verano 2005, equipo italiano: habían demostrado con anterioridad que la absorción de una soja transgénica inducía modificaciones en las células del hígado del ratón, y ahora probaban que el retorno a una alimentación no transgénica hacía desaparecer estas diferencias.

¿Y EL MEDIO AMBIENTE?

El riesgo potencial más importante es la diseminación incontrolada de plantas modificadas genéticamente que desplazarían a las plantas tradicionales por ser menos competitivas. Se da un riesgo aún mayor cuando ambas competidoras están emparentadas de manera estrecha.
Otro problema que algunos plantean es que las plantas resistentes a pesticidas hagan que en el futuro haya que utilizar cantidades mayores de estos productos, lo que podría dar lugar a pesticidas inútiles o insectos resistentes.
Un problema actual es la convivencia entre los cultivos de OGM y los cultivos tradicionales, por miedo a que estos últimos se contaminen. La Unión Europea ha elaborado unas recomendaciones entre las que se encuentran que la persona que introduce los OGM en sus terrenos debe ser quien adopte las medidas que considere oportunas para evitar una contaminación y garantizar la coexistencia de OGM y plantas tradicionales.

¿Y EL TERCER MUNDO?

Tal vez hayas escuchado en algún momento que los cultivos de OGM pueden darnos la solución al hambre en el mundo. Abre las posibilidades de crear variedades resistentes a enfermedades e insectos, cultivar en suelos donde las variedades tradicionales no se dan, crear alimentos enriquecidos (vitaminas, proteínas, minerales)…
El problema es que en los países donde esto haría falta no disponen de los medios para experimentar con este tipo de cultivos y la solución al hambre no pasa por aquí, sino por el acceso a la comida.

INFORMACIÓN

La Unión Europea ha sacado un reglamento por el que todos los elementos transgénicos presentes en el mercado de los estados miembros deben cumplir la trazabilidad y el etiquetado.
-          Trazabilidad: nos permite hacer un seguimiento del alimento a través de su cadena de producción y comercialización.
-          Etiquetado: indica al consumidor final si el alimento que compra contiene OGM o derivados (“contiene organismos genéticamente modificados” o “a base de organismos genéticamente modificados”. Se admite como máximo un 0,9% de trazas de OGM en productos que no lo avisen en su etiqueta cuando la presencia se pueda considerar involuntaria y técnicamente inevitable.
En este aspecto, la legislación se queda corta, ya que no contempla, por ejemplo, alimentos (carne, huevos, leche…) derivados de animales alimentados con OGM o tratados con medicinas que contengan OGM, ni a diversas sustancias usadas en algunos procesos de fabricación (soportes de aromas y aditivos, microorganismos…).
Podemos encontrarnos también con etiquetados que indiquen “no OGM” o “sin OGM” en los alimentos. No hay ninguna reglamentación al respecto, pero parece un poco absurdo querer etiquetar un producto ecológico de esta manera cuando la propia normativa dice que este tipo de productos no puede contener OGM.

CONCLUSIÓN

No es bueno rechazar de plano los progresos tecnológicos. Es verdad que en ciertos sectores la biotecnología no acaba de ser aceptada, pero ya se ha visto que puede ser beneficiosa, algo comprobado en el ámbito médico, por ejemplo.
A día de hoy, no podemos afirmar que los OGM comercializados para el consumo humano sean peligrosos para la salud. Además, de serlo, se detectaría en la fase de investigación y no llegarían al mercado.
El principal problema que se plantea es el desconocimiento del público en general en todo lo que tiene que ver con este tipo de alimentos. Y como consecuencia ocurre lo de siempre: lo desconocido provoca miedo y rechazo, pero no por ello tiene que ser malo.

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