Más de
una vez hemos hablado de nutrientes pero, ¿sabemos realmente lo que son? Las
grasas, los hidratos de carbono, las proteínas, los minerales y las vitaminas
son indispensables para la vida y las obtenemos a través de la alimentación.
Nuestro cuerpo necesita unos 40 nutrientes diferentes para mantenerse en buenas
condiciones y por ello es muy importante una alimentación variada ya que no
todos los nutrientes se encuentran en todos los alimentos. En la entrada de hoy
haremos un resumen de los principales grupos de nutrientes y algunas de sus
características.
- Grasas o lípidos: son la
fuente de energía que almacenamos en nuestro organismo. Además de ser
fuente de energía, las grasa tienen tras funciones como envolver y
proteger órganos vitales (corazón, riñones), regular la temperatura
corporal y transportar las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) para
facilitar su absorción. Son imprescindibles para la formación de ciertas
hormonas y proporcionan al cuerpo ácidos grasos esenciales (como el
linolénico y el linoleico) que el organismo no puede sintetizar y que
debemos obtener a partir de nuestra alimentación. Existen diferentes tipos
de grasa:
-
Saturada: su origen es principalmente animal y se encuentra en la
nata, mantequilla, crema de leche, manteca, sebos, tocino, salsa holandesa
mayonesa… En el caso de los vegetales aparece en los aceites de palma y de
coco, ambos utilizados en los helados y repostería industrial
-
Monoinsaturada: tiene origen vegetal y está presente en el aceite de
oliva, las nueces y el aguacate
-
Poliinsaturada: su origen es principalmente vegetal, estando presente
en los aceites de semillas (maíz, soja, girasol), frutos secos, margarina
vegetal… En animales la encontramos en el pescado azul y en el aceite de hígado
de bacalao
A pesar de todas las funciones que las grasas
desempeñan en nuestro cuerpo, hay que tener cuidado y no ingerirlas en exceso
ya que el organismo almacenará todas aquellas que no necesita, dando lugar a un
aumento de peso corporal, así como aumentos de los niveles de triglicéridos y
colesterol en sangre.
El colesterol también es una sustancia grasa
que nuestro organismo necesita para fabricar otras moléculas como vitamina D
(por exposición solar), ciertas hormonas, ácidos biliares… Debemos tener en
cuenta que los alimentos de origen vegetal no contienen colesterol, ya que se
trata de una molécula exclusivamente animal.
Existen enfermedades relacionadas con un
consumo excesivo de grasas, destacando la pancreatitis, alteración de los
niveles de los lípidos en sangre, sobrepeso y obesidad, cálculos en la vesícula
biliar…
- Hidratos de carbono,
carbohidratos o glúcidos: son el combustible de nuestro cuerpo para
mantener nuestras funciones vitales y poder realizar actividades físicas.
Mientras haya disponibles carbohidratos en nuestro organismo, se evita la
utilización de proteínas para conseguir energía, por lo que un aporte
adecuado de hidratos de carbono va a ayudarnos a mantener la composición
corporal y el peso. El exceso de este nutriente se deposita en los
músculos y en el hígado en forma de glucógeno (energía de reserva), y el
resto se convierte en grasa y se almacena en el tejido adiposo. Otras
funciones de los glúcidos son impedir que las grasas sean usadas como
fuente de energía, aportar fibra dietética y participar en la síntesis de
material genético. Existen dos tipos de hidratos de carbono:
-
Simples o de absorción rápida: son los que llegan rápidamente a la
sangre para ser utilizados de manera inmediata. En este grupo encontramos el
azúcar, caramelo, chocolates y derivados, mermeladas, almíbar, jalea, miel,
melaza, dulces, pastelería, bollería, repostería, galletas, bebidas
refrescantes azucaradas, fruta seca, fruta fresca y su zumo… Lo ideal es que su
consumo sea moderado y se realice de manera racional
-
Complejos o de absorción lenta: su paso del intestino a la sangre es
más lento. A este grupo pertenecen los farináceos (pan, arroz, pastas,
legumbre, cereales de desayuno, patata) y las verduras y hortalizas. Deben
estar presentes en cada una de las comidas diarias.
Algunas de las enfermedades relacionadas con
un consumo excesivo de hidratos de carbono son la caries dental (por mala
higiene bucodental), alteración de los niveles de lípidos en sangre
(triglicéridos, por un exceso de azúcares), sobrepeso y obesidad, intolerancia
a la galactosa o a la lactosa, diabetes…
- Proteínas: tras su
ingestión, el organismo las “divide” en sus unidades fundamentales, los
aminoácidos. Las proteínas humanas son una combinación de 22 aminoácidos
diferentes, siendo 8 de ellos esenciales, por lo que debemos ingerirlos a
diario a través de nuestra alimentación. Las proteínas forman parte de
determinadas hormonas, colaboran en el transporte de las grasas y del
oxígeno, actúan como parte de las enzimas (moléculas que hacen posible el
desarrollo de las reacciones necesarias para el buen funcionamiento de
nuestro cuerpo), intervienen en la formación de tejidos corporales, son
parte de las inmunoglobulinas o anticuerpos, y producen la regeneración de
uñas y cabello.
La calidad de una proteína va a depender de
la cantidad de aminoácidos esenciales que nos aporta. Así, todos los
aminoácidos esenciales están presentes en las proteínas de origen animal
(carnes, huevos, lácteos y pescados), de modo que son proteínas de mayor calidad
o mayor valor biológico que aquellas de origen vegetal (cereales, frutos secos,
legumbres), donde faltan uno o más aminoácidos esenciales.
Entre las enfermedades relacionadas con un
consumo excesivo de proteínas se encuentran ciertas alergias de origen alimentario
(al huevo, al gluten, a la proteína de la leche…) o alteraciones del sistema
renal (a veces hay que limitar el aporte de proteínas la organismo).
- Minerales: las sales
minerales son elementos que nuestro cuerpo necesita en cantidades muy
pequeñas. Poseen una función reguladora y no aportan energía. Podemos
dividirlos en dos grupos:
-
Macrominerales (fósforo, calcio, cloro, sodio, azufre, hierro y
magnesio): son esenciales y se necesitan en mayor proporción que otros
minerales.
-
Microminerales o elementos traza (selenio, zinc, cobalto, yodo, cobre,
cromo, flúor, manganeso y molibdeno): también son esenciales, pero se necesitan
en menor cantidad, por lo que es menos habitual que se den déficits de estos
nutrientes.
5. Vitaminas: son nutrientes que nuestro
organismo necesita en pequeñas cantidades, pero no por ello tienen menos
importancia. No aportan energía, pero si se encuentran ausentes, nuestro cuerpo
es incapaz de aprovechar los nutrientes aportados por nuestra alimentación.
Algunas vitaminas se sintetizan en el organismo en pequeñas cantidades, como la
vitamina D (con la exposición al sol se forma en la piel) o las vitaminas K, B1,
B12 y B9 (ácido fólico), que se forman en pequeñas
cantidades en la flora intestinal.
Espero
haber aclarado aquellas dudas sobre nutrientes que pudierais tener. Si no es así,
no dudéis en preguntar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario