Sígueme en Facebook

http://www.facebook.com/patriciapereznutricion

viernes, 11 de enero de 2013

HARINAS REFINADAS… ¿SOY ADICTO?


En nuestra dieta los hidratos de carbono tienen un papel destacado, ya que deben aportarnos aproximadamente un 55-60% de la energía total diaria. Pero hay que tener cuidado de no pasarse y consumirlos de manera poco adecuada y sin control, lo que va a dar lugar a una dependencia en nuestro organismo conocida como adicción a los hidratos que puede tener consecuencias desastrosas en nuestro cuerpo.

En ocasiones podemos sentir unas ganas irrefrenables de consumir hidratos de carbono que provengan de harinas, deseo que se fundamenta en una falsa demanda de energía que experimenta nuestro cuerpo. Todo este proceso tiene una explicación a nivel fisiológico.

Las harinas refinadas están básicamente formadas por hidratos de carbono que van a dar lugar a glucosa una vez que sean metabolizados por nuestro organismo. La glucosa va a hacer que aumenten las reservas de glucógeno de nuestro cuerpo, aportándonos energía. El problema es que las harinas refinadas es que se digieren rápido, provocando que el aumento de glucosa sea elevado. Para tratar de contrarrestar este aumento repentino de glucosa, el cuerpo segrega insulina, hormona que transportará la glucosa a las células para que se transforme en energía o se acumule en forma de grasa.
Cuando la glucosa ha llegado a las células, la insulina ha terminado su trabajo y disminuye su concentración en sangre; siendo ahora el turno del glucagón, hormona que va a transformar la grasa almacenada en energía. Ambas hormonas deben encontrarse en perfecto equilibrio para que nuestro organismo funciones de la manera correcta. Y aquí es donde viene el problema: al consumir muchas harinas refinadas, la insulina aumenta su concentración, pero el glucagón no, por lo que nuestras reservas de grasa del organismo no se van a utilizar, generando una necesidad de consumir más alimentos ricos en hidratos de carbono cuando el glucógeno se agota.

Mediante el sistema anterior, se producirá un aumento de peso importante y un aumento de las reservas de grasa en el organismo, lo que conlleva igualmente un problema en nuestro sistema circulatorio.

Por ello, hay que tratar de dejar un poco de lado el consumo de harinas refinadas (no eliminarlo completamente), para evitar que nos generen una dependencia, y aumentar la presencia de harinas enteras (integrales) en nuestra dieta. Estas harinas integrales contienen hidratos de carbono complejos, de manera que la energía que nos proporcionan se va liberando lentamente (tardan más en metabolizarse). Des esta forma, tendremos energía durante todo el día y el organismo podrá mantener en equilibrio los niveles de insulina y glucagón para que podamos utilizar las reservas de energía en forma de grasa que tenemos en el cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario