Muchas
veces hemos oído que la cerveza es la culpable de los kilos de más que acumulan
algunas personas, pero lo cierto es que parece que esta culpa no está del todo
clara.
La
cerveza se obtiene de la cebada y lúpulo, y es una bebida que la humanidad
lleva fabricando y consumiendo siglos. Ante la duda de si el consumo de cerveza
puede afectar de forma significativa a nuestro peso, se han realizado numerosos
estudios. En uno de ellos se asegura que una caña contiene 90 calorías, por lo
que nos encontramos ante una bebida más ligera que un zumo, un refresco de cola
o una tónica, todas ellas bebidas que nunca se han asociado al hecho de
engordar.
En otro
estudio parece haberse descubierto que el lúpulo contenido en la cerveza puede
ayudar a prevenir ciertas enfermedades relacionadas con el envejecimiento
debido al papel antioxidante de este componente que hace que disminuyan los
niveles de colesterol total y triglicéridos, y mejora los parámetros de riesgo
cardiovascular.
Además
de tener un aporte calórico inferior a refrescos y zumos, la cerveza posee
altas cantidades de vitaminas del grupo B, que nuestro cuerpo utiliza para
mantener en buen estado los tejidos y ayudar a su desarrollo; así como ácido
fólico en cantidades significativas.
Entre
sus beneficios, de los que hablaremos más en profundidad en otra ocasión, se
encuentra un efecto diurético, mejora de la circulación sanguínea y ayuda a un
funcionamiento correcto del aparato digestivo, además de ser un antioxidante.
Tal vez
el problema sea el alcohol que esta bebida posee. Ya hemos comentado en alguna
ocasión que el alcohol es una fuente de calorías vacías que debemos tener en
cuenta. Cuando consumimos alcohol, éste es metabolizado por el hígado, que
libera una sustancia (acetato) que será quemada por el organismo para conseguir
energía. Durante este proceso, al obtener la energía del alcohol, las reservas
de grasa que normalmente se utilizarían con este fin no son usadas, por lo que
se acabarán acumulando provocando que engordemos.
Por
todo lo anterior podemos deducir que consumir cerveza en exceso puede traer
problemas de salud, pero consumida de forma moderada es muy beneficiosa para
nuestro organismo, siendo incluso recomendable por encima de los refrescos
carbonatados.
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