La
permarexia es un trastorno alimentario que, a pesar de no ser tan conocida como
la anorexia y la bulimia, afecta a una parte importante de la población. No se
encuentra catalogada todavía como enfermedad, pero sí se sabe que es un
síndrome psicológico que afecta principalmente al género femenino debido a las
presiones de la sociedad por tener un cuerpo esbelto y delgado como medio para
conseguir todas sus metas.
Se
trata de personas que están siempre a dieta, ya sea siguiendo dietas de famosas,
dietas de revistas de moda… Esta forma de vida se deriva de una obsesión por la
comida que lleva a pensar que todo lo que se ingiere engorda, por lo que
simplemente se preocupan de comer alimentos lo menos calóricos posible en lugar
de mirar su valor nutricional. Es decir, no dejan de comer o se provocan el
vómito, simplemente no dejan de pensar en los alimentos que ingieren y en las
calorías que éstos les aportan.
Se
trata de personas que se irritan con facilidad y cuyo carácter hace que se
aíslen del resto del mundo que no comparte sus mismas inquietudes. No reconocen
que tienen un problema y no son conscientes de que pueden poner su salud en
serio peligro.
Hay
especialistas que señalan que este trastorno podría considerarse el paso previo
a la anorexia y la bulimia, por lo que no está de más conocer los síntomas o
señales que definen este problema:
-
Obsesión por las calorías que tiene cada alimento: mirar la
información nutricional de los alimentos no es nada malo, lo que sí es
preocupante es estar haciéndolo continuamente y calcular las calorías para
evitar engordar.
-
Preocupación por conocer y seguir múltiples dietas: si se siguen más
de 3 dietas en un año con el fin de adelgazar, podemos decir que el interés por
ellas es notable y, aunque todavía no es algo preocupante, hay que tener cuidado
ya que podríamos encontrarnos en el límite.
-
Dejar de comer alimentos necesarios para el organismo (suelen ser los
hidratos de carbono) cuando no es necesario ni siquiera reducirlos por tener la
persona un peso adecuado.
-
Subidas y bajadas continuas de peso como consecuencia del efecto
rebote que sigue a cada una de las dietas llevadas a cabo: estas fluctuaciones
indican la ausencia de unos hábitos dietéticos constantes.
-
Consumo constante de polivitamínicos, diuréticos o alimentos
dietéticos: a veces, y en situaciones muy concretas, pueden ser una ayuda; pero
el problema viene cuando los consideramos productos milagrosos.
Leyendo
los puntos anteriores podríamos decir que muchas personas podrían catalogarse
como permaréxicas, pero la enfermedad aparece cuando se realizan esas acciones
de forma compulsiva e ilimitada (es decir, que se considera normal que te
preocupes por las calorías de los alimentos consumidos, pero no hasta el punto
de obsesionarte y condicionar tu vida por ello).
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