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miércoles, 11 de abril de 2012

LAS BAYAS DE GOJI


Seguramente habrás oído hablar de ellas pero lo más probable es que hayas escuchado tantos argumentos a favor como en contra. Así que, ¿con qué nos quedamos?

Son de la familia de las solanáceas, a la que también pertenecen el tomate, la berenjena, la patata y el pimiento. Nacen en un arbusto, se recolectan y se dejan secar hasta que se consigue un aspecto parecido al de las uvas pasas, pero de color rojizo. Su sabor es dulce y podría asemejarse al arándano o la cereza. Se consumen solas o acompañando a cereales, zumos, yogur, batidos…

Contienen muchos nutrientes y gran cantidad de antioxidantes (carotenoides), minerales (selenio, zinc), vitaminas (vitamina C) y fibra, pero esto no significa que sean indispensables en nuestra alimentación ni que vayan a tener propiedades mágicas como muchas veces el marketing nos quiere hacer creer.
La Universidad de Granada ha realizado un estudio sobre las Bayas de Goji llegando a la conclusión de que se trata de un alimento muy completo, pero nada que no sea comparable con otras frutas y verduras (las de su misma familia tienen nutrientes y propiedades muy parecidas). El resto de estudios que existen sobre este alimento son “in vitro”, en animales, y casi exclusivamente realizados por grupos chinos.

La especie que más se publicita es la Lycium barbarum, baya que crece en las montañas del Himalaya de forma salvaje. Esta procedencia se  aprovecha para destacar sus propiedades milenarias utilizadas en la medicina oriental. Los Hunzas, pueblo que habita en el Tíbet, son conocidos por ser el “pueblo más feliz y sano de la Tierra”, y se dice que estas bayas son su secreto para ello.
Lo cierto es que a 4000 metros de altura, la vegetación es básicamente herbácea, por lo que los cultivos necesarios para abastecer al mundo de Bayas de Goji no serían viables. Además, la planta en realidad no es silvestre y ni siquiera es autóctona de la zona, sino del Mediterráneo… La realidad es que se cultivan en extensas plantaciones situadas en el norte de China. En este aspecto hay que tener mucho cuidado ya que si no proceden de un cultivo biológico, podemos tener problemas con los pesticidas o aditivos químicos al consumirlas crudas.

Los beneficios que se les atribuyen son múltiples, desde refuerzo del sistema inmune a cuidado del hígado y riñones, regulación del sueño y del apetito, retraso de la aparición de canas y de la pérdida del pelo, reducción del colesterol… Pero, como hemos dicho, no se ha probado ninguna de estas propiedades en estudios científicos con humanos.

Hay que resaltar que pueden interactuar con medicamentos anticoagulantes, por lo que la gente que esté en tratamiento con los mismos debe abstenerse del consumo de estas bayas ante la posibilidad de hemorragias.

Hace un tiempo, la OCU realizó un análisis de 10 muestras de Bayas de Goji, llegando a la conclusión de que todas las muestras analizadas contenían grandes cantidades de pesticidas y metales pesados.


Con estos resultados, la OCU se dirigió a la Asociación Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) para pedir la retirada del mercado de las Bayas de Goji analizadas. Pero la AESAN ha negado la toxicidad de este alimento llevando la contraria a las afirmaciones de la OCU mediante un comunicado e indicando que el análisis no ha sido reglamentario y que las cantidades de metales pesados y pesticidas encontrados se encuentran dentro de la legalidad. En lo que sí están de acuerdo ambas organizaciones es en la inexistencia de evidencias científicas que avalen las propiedades atribuidas a las bayas.


Lo cierto es que dentro de una alimentación equilibrada estas bayas sí tendrían cabida, pero no esperemos ningún milagro con su consumo ya que no son nada tan excepcional como nos quieren vender, y menos aún se merecen el precio que pretenden cobrarnos por ellas. Así que la decisión de Bayas de Goji sí o no depende de cada uno.

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