Todos
estamos acostumbrados a ver entre los ingredientes de los alimentos que
compramos los famosos E-XXX. Esta nomenclatura corresponde a los aditivos
alimentarios, que son componentes utilizados en la elaboración de los alimentos
para ayudar a su conservación, como colorantes…
Los
aditivos alimentarios se han utilizado desde la antigüedad, como el azafrán y
el vinagre (ácido acético), pero el desarrollo científico y tecnológico ha
hecho que actualmente se usen más de 3500 aditivos en la industria alimentaria
que, en su mayor parte, no aportan a los alimentos ningún valor nutritivo. La
Unión Europea obliga a los fabricantes a que este tipo de ingredientes
aparezcan especificados en el etiquetado, pudiendo diferenciarse varios grupos:
-
Colorantes (E-1XX): se usan para dar color a los alimentos que pueden
haberlo perdido durante el procesado
-
Conservantes (E-2XX): ayudan a que los microorganismos no estropeen
tan rápidamente los alimentos evitando su crecimiento
-
Antioxidantes (E-3XX): evitan el deterioro de las grasas
(enranciamiento u oxidación) y de las
conservas
-
Espesantes, gelificantes, emulsionantes y estabilizadores (E-4XX,
E-12XX y E-14XX): hacen posible la mezcla de ingredientes difíciles de mezclar
(como aceite y agua) y modifican la textura de los alimentos para hacerlos más
apetecibles; además favorecen la retención de agua
-
Acidulantes: acidifican el alimento para evitar el crecimiento de
bacterias y hongos
-
Edulcorantes y potenciadores del sabor (E-420, E-9XX y E-6XX): su
utilidad es dar sabor a aquellos alimentos que durante el procesado pierden
parte de su sabor original. Son principalmente usados en sopas instantáneas,
embutidos, caldos, platos precocinados, verduras enlatadas, salsas…
Los
aditivos pueden ser naturales o artificiales, siendo los del segundo grupo los
que más desconfianza generan en el consumidor.
Hay que
tener en cuenta que todos los aditivos pasan por un proceso rigurosos antes de
aprobarse su uso en la industria alimentaria y que para dicha aprobación hay
que probar que tenga un propósito útil. Durante la evaluación, se revisan los
datos tóxicos disponibles acerca de la sustancia a evaluar, se comprueban los
resultados de las pruebas realizadas en animales y humanos y a partir de todos
los datos obtenidos, se determina el nivel máximo permitido que se va a poder
utilizar de la sustancia analizada. A partir de este dato se determina la
Ingesta Diaria Admisible (IDA), donde se tiene en cuenta un amplio margen de
seguridad que garantice que no existirá riesgo para la salud.
A pesar
de todas las pruebas a las que se han sometido y se siguen sometiendo
periódicamente los aditivos aprobados, de vez en cuando aparecen noticias que
ponen en duda la inocuidad de algunos aditivos. Lo importante en estos casos es
no dejarse llevar por lo que se lee o por la alarma social que se pueda crear
ya que, si esos aditivos están en los alimentos, es porque se han estudiado a
fondo y se ha comprobado que no van a suponer un peligro para nuestra salud.
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