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viernes, 19 de abril de 2013

PIZZAS MÁS SANAS Y LIGERAS


Cuando pensamos en una pizza siempre la asociamos a comida que va a provocar que engordemos, pero esto no tiene por qué ser siempre así. Lo que sí es verdad es que si compramos pizzas congeladas o refrigeradas vamos a estar aportando al cuerpo demasiadas calorías… El truco está en preparar pizzas caseras y escoger muy bien todos los ingredientes…

En un principio, la pizza no deja de ser una base de masa parecida a la del pan encima de la que se ponen una serie de ingredientes que se cocinarán en el horno (puede incluso considerarse dieta mediterránea). Cuando la pizza es comprada, debemos tener en cuenta que, además de los ingredientes naturales va a contener aditivos, rellenos de queso en la masa, condimentos… Por ello, hoy vamos a presentar una guía de cómo preparar una pizza que podamos comer sin remordimientos ;)

Hay tres puntos clave a la hora de pensar en cómo vamos a preparar la pizza:

-          La base: la masa de la base es el primer punto que puede presentar problema ya que, dependiendo de la receta que utilicemos, puede ser más o menos calórica. Una receta sencilla y saludable es la que lleva 400 gramos de harina (puede ser integral), 300 ml agua tibia, 20 gramos de levadura en polvo, 1 cucharadita de postre de sal y 2 cucharaditas de postre de aceite de oliva.  Se mezclan todos los ingredientes y se amasa bien hasta que la masa ya no se pegue; se tapa y se deja reposar hasta el momento de usarla.

    -          El queso: suele ser un ingrediente que se encuentra en abundancia en las pizzas ya que las hace más jugosas y apetecibles. El problema es que este beneficio es a costa de añadir colesterol y grasas saturadas a la comida y, en muchas ocasiones, enmascarar el sabor del resto de ingredientes. Lo ideal en este caso es escoger quesos bajos en grasas o incluso de los llamados “light” y dejar aquellos muy grasos o muy curados simplemente para adornar la pizza de un modo muy ligero.

-          Los embutidos: un ingrediente que casi nunca falta en las pizzas son los embutidos (chorizo, bacon, salami, pepperoni, salchichas, salchichón…). Este tipo de ingredientes no son muy compatibles si queremos una pizza ligera ya que tienen un elevado número de calorías debido a su cantidad de proteínas y grasas. En este caso, podemos dejar de lado este tipo de embutidos a favor de otros ingredientes como jamón magro, embutidos ibéricos, pavo o pollo.

Y para terminar, vamos a dar algunas ideas que espero sean de vuestro agrado para cocinar pizzas ricas y sanas:

-          Pizza de verduras: salsa de tomate, mozzarella, calabacín, berenjena, tomate, pimiento rojo, champiñones y orégano
-          Pizza de salmón ahumado: salsa de tomate, mozzarella, salmón ahumado, tomate natural, champiñones
-          Pizza de champiñones: salsa de tomate, mozzarella, champiñones, jamón York y orégano
-          Pizza de atún y pimiento: salsa de tomate, mozzarella, atún en aceite, pimiento rojo, tomate natural
-          Pizza marinera: salsa de tomate, mozzarella, gambas, champiñones, espárragos
-          Pizza napolitana: salsa de tomate, mozzarella, tomate natural, anchoas y orégano

Y si lo que quieres es improvisar, casi todo te vale para preparar una pizza: pescado en conserva, pollo, pavo, espárragos, champiñones, tomate natural, gambas, piña, pulpo, mejillones, pimientos, espinacas, aceitunas, brócoli, calabacín… Y si te atreves, prueba a saltear una mezcla de hortalizas con ajo y ponerlas encima de tu masa de pizza, o incluso haz pizza de pisto. El caso es elegir ingredientes sanos y dejar las grasas a un lado.

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