Seguro
que todos hemos sentido alguna vez el “efecto postre” pero sin darnos cuenta de
ello. Suele suceder cuando terminamos de comer algo salado, que necesitamos
terminar la comida con algo dulce, ya sea pastel, helado o fruta.
El “efecto
postre” es aquel que nos lleva a sentir que una comida no termina hasta que
tomamos algo dulce como cierre de la misma. Esta convicción nos lleva muchas
veces a tomar postre sin tener en realidad hambre por haber comida bien durante
el resto de la comida.
De esta
forma, podemos decir que el “efecto postre” es peligroso porque nos conduce a
comer sin hambre, añadiendo de esta forma calorías innecesarias en nuestra
dieta. Pero ahora que sabemos lo que es, podemos tratar de controlarlo.
El
mejor método para mantener el “efecto postre” a raya es esperar unos 20-30
minutos tras ingerir un plato salado a consumir algo dulce. Otra manera de
evitar este efecto es tomar primero algo dulce y, a continuación el plato
salado. Una opción es no tomar postre, dejarlo para otro momento del día (la
merienda, por ejemplo) o incluso comer menos para “dejar hueco” para el postre,
de modo que cuando lo tomemos tengamos realmente hambre y no estemos añadiendo
calorías a nuestra dieta sin sentido.
Sea
como sea, quieras tomar postre o no, ten en cuenta lo anterior para que las
calorías de tu dieta no aumenten de manera incontrolada e innecesaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario