Debido
al ritmo de vida actual, muchas veces la alimentación de los niños está en
manos de los abuelos en lugar de en las de los padres. Por ello, suelen ser
éstos los que enseñan modales a sus nietos para que sepan comportarse
adecuadamente en la mesa .
El
aprendizaje de modales de nuestros abuelos muchas veces va acompañado de sus
historias sobre cómo era la comida antes, lo bien que sabían los alimentos
recién recogidos en las huertas, la fruta recién cogida del árbol y la ausencia
de alimentos tratados artificialmente. De este modo, los niños estarán más
atentos a todo lo que sus abuelos están dispuestos a transmitirles.
Costumbres
como no hablar con la boca llena, no apoyar los codos en la mesa, no recostarse
en la silla, no elegir el mejor trozo de la fuente, no comer con la boca
abierta, no levantarse de la mesa hasta que todo el mundo terminó de comer, no
soltar los cubiertos hasta que se acaba de comer o cuando se va a beber agua,
no decir que la comida está mala, no beber con comida en la boca, no esconder
la mano debajo de la mesa, no sacar nada de la boca mientras se está comiendo,
no jugar con ningún alimento, no taparse la boca con la mano, no estirar el
brazo por delante de otra persona sino pedir lo que se necesita, dejar en el
propio plato los restos de carne, pescado y frutas… Son algunos de los modales
que debemos tener en cuenta en la mesa a la hora de comer y que los abuelos
enseñan a los nietos.
Y si
bien es verdad que algunas veces a los niños les cuesta poner atención y
aprender las cosas, ¿quién mejor que un abuelo con su paciencia y dedicación
para enseñar a su nieto?
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