La
lechuga es un ingrediente común de las ensaladas que, gracias a los
invernaderos, podemos consumir todo el año. Uno de sus principales atractivos
es la gran variedad de tipos de lechuga que existen, entre los que podemos
encontrar:
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Lechuga hoja roble: es de variedad acogollada, con tono ligeramente
amarronado y hojas onduladas
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Lechuga iceberg: tiene forma de repollo y sus hojas son prietas y
grandes, verdes por fuera y blanquecinas por dentro, y al comerlas son
crujientes y duras
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Lollo rosso: es una variedad de lechuga rizada de origen italiano. Su
color es morado o rojizo y presenta un sabor ligeramente amargo
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Lechuga romana o española: sus hojas son alargadas y de color muy
verde; el tronco es alargado, ancho y bastante fibroso
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Lechuga batavia: es una variedad con repollo de hojas de color verde
intenso con extremos de color rojizo
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Cogollos: se trata de lechugas de tallo pequeño. Destacan los cogollos
de Tudela, con un corazón de color amarillo y hojas verdes
La
mejor manera de limpiar una lechuga, es retirar primero las hojas en mal
estado, cortar el tallo, separar las hojas una a una y sumergirlas en agua con
unas gotas de lejía o vinagre para eliminar los insectos y la tierra. Se sacan
las hojas del agua y se van lavando una a una de forma cuidadosa. Sólo se
cortan y se aliñan en el momento que se vayan a consumir para evitar que se
pongan mustias.
Para
conservar la lechuga en las mejores condiciones lo ideal es guardarla en la
nevera sin lavar y, si ya está lavada, lo mejor es consumirla en 1 o 2 días.
Suele comerse cruda como ingrediente en las ensaladas, pero podemos usarla
también en purés y cremas junto con otros vegetales.
Muchas gracias por la información! :)
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