Todos
sabéis que en las dietas de adelgazamiento, el primer paso suele ser prohibir
unos alimentos determinados, siendo muchas veces aquellos que más nos gustan
por ser también los más calóricos. Pero… ¿es una buena estrategia?
Seguro
que te ha pasado alguna vez que te digan que no pienses en algo para que tu
mente vuelva a ello una y otra vez,¿verdad? Pues con las prohibiciones de
alimentos pasa lo mismo, basta que no puedas comer algo para que no deje de
apetecerte.
Al
prohibir lo que nos gusta se produce el fenómeno conocido como deprivación
hedónica, que es aguantarse las ganas de comer algo rico que nos apetece. Como
resultado, aunque seamos capaces de seguir la dieta con prohibiciones (y la
verdad es que la mayoría de las veces no sucede), cuando terminemos esa dieta
de adelgazamiento y volvamos a tomar los alimentos que teníamos prohibidos, lo
único que conseguiremos será un descontrol alimentario, con lo que ganaremos el
peso perdido y podemos incluso aumentarlo (efecto rebote).
Este
efecto se da en la mayoría de las dietas milagro y en todas aquellas dietas de
adelgazamiento tradicionales. La manera de evitar la deprivación hedónica es
seguir una dieta sana y equilibrada que, aunque nos ayude a adelgazar, nos
permita tomar también nuestros alimentos preferidos en cantidades pequeñas y de
manera controlada. Y es que nunca me cansaré de decir lo mismo: no tienes que
renunciar a nada.
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