Es muy
poca la gente a la que no le gusta el chocolate. Y es que su sabor dulce puede
llegar a resultar adictivo! Además, seguro que has escuchado en más de una
ocasión que es un “antidepresivo” que nos ayuda a animarnos en momentos de
“bajón”. Pues bien, hoy vamos a intentar explicar aquellas situaciones en las
que el cuerpo nos pide chocolate.
Seguramente
más de una vez has sentido unas ganas irrefrenables de comer chocolate, verdad?
Ese antojo que aparece sin saber cómo y que no quiere abandonarte. Pues bien,
este impulso tiene un motivo puramente químico, que es la bajada de la
concentración de serotonina en nuestro cuerpo.
La
serotonina es un neurotransmisor que el organismo sintetiza a partir del
aminoácido triptófano. Dicho aminoácido suele encontrarse en nuestro cuerpo en
cantidades normales, pero estas cantidades disminuyen cuando nuestra
alimentación no es buena o estamos pasando épocas de estrés. La manera más
rápida y eficaz de proporcionar al cuerpo triptófano es a través de los dulces,
y ahí es donde entra en juego el chocolate.
A
través de la ingestión de chocolate, conseguimos reponer el triptófano, por lo
que ya podremos sintetizar serotonina, y con el aumento de ésta vamos a notar
una sensación de bienestar y alivio que nos lleva a mejorar nuestro humor.
Los
niveles de serotonina suben y bajan a lo largo del día, motivo que explica por
qué en un mismo día hay momentos en los que nos apetecería comer chocolate y
otros en los que ni nos acordamos de este dulce. Por la mañana al levantarnos
solemos tener unos niveles adecuados de serotonina, pero éstos van bajando a lo
largo del día. Esto explica por qué las ganas de comer chocolate suelen darse
al final de la jornada.
Los
motivos por los que la serotonina baja son principalmente dos:
-
falta de nutrientes: cuando llevamos una mala alimentación, sufrimos
una falta de nutrientes en nuestro organismo que puede provocar que no podamos
sintetizar suficiente serotonina para mantener unos niveles adecuados
-
situaciones de estrés: debido a la presión que sufrimos, los niveles
de serotonina pueden llegar a bajar a niveles muy reducidos
Por
todo lo anterior, debemos ser conscientes de que cuando sentimos ganas de comer
chocolate de manera compulsiva, detrás de estas ganas pueden encontrarse
problemas como estrés o depresión o incluso una mala alimentación. No ocurre
nada si de vez en cuando tenemos antojo de chocolate, pero si se convierte en
algo habitual, debemos tener cuidado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario