En
verano siempre pasamos más tiempo al aire libre, modificamos nuestros hábitos y
ritmo de vida, y realizamos actividades que durante el resto del año no
hacemos. Pero debemos ser conscientes todo el tiempo del a necesidad de
cuidarnos para evitar sustos.
A todos
nos gusta el calor, siempre que sea moderado y resulte agradable. EL problema
viene cuando las temperaturas son muy elevadas y nos exponemos al sol sin tomar
precauciones. Como resultado, podemos sufrir deshidratación, calambres,
insolación, sensación de agotamiento y erupciones cutáneas. Es lo que se conoce
como “golpe de calor”. Las personas con más riesgo de sufrir este problema son
los enfermos, los deportistas, las personas mayores y los niños.
Los
síntomas característicos del golpe de calor son:
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Piel caliente, enrojecida y sin sudor
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Aumento considerable de la temperatura corporal (39º o más)
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Dolor de cabeza punzante y pérdida de conocimiento
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Aumento de la frecuencia cardíaca o de las pulsaciones
Para
prevenir este problema, existen una serie de medidas que podemos y debemos
adoptar:
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Permanecer en lugares frescos: si estamos al aire libre, buscar las
sombras y los lugares donde corra la brisa. En casa, estar en el lugar más
fresco, usar aire acondicionado o un ventilador y airear la casa abriendo las
ventanas en los momentos donde en la calle hace menos calor; puedes aprovechar
también y darte una ducha fría si es necesario
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Mantenerse bien hidratado: no esperar a tener sed sino beber agua,
caldos, infusiones frías o zumos en abundancia para poder evitar la
deshidratación
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Practicar ejercicio, pero de manera moderada: haz las labores
cotidianas (la compra, limpiar la casa…) en las horas menos calurosas del día
sin olvidarte de tomar más líquidos durante esos momentos para poder compensar
las pérdidas que se dan mediante la sudoración
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Tomar una alimentación variada: no olvides incluir en tu dieta todo
tipo de alimentos, haciendo especial hincapié en las verduras, frutas y
hortalizas, que te van a aportar fibra, antioxidantes, agua, minerales y
vitaminas
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Protegerse del sol: a través del uso de sombrillas, gorras, gafas de
sol y cremas solares. Evita además exponerte al sol en las horas de más calor
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Usa ropa ligera: que sea de un color claro y un tejido ligero y transpirable
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Acude al centro de salud si ves que presentas los síntomas asociados
al golpe de calor y ten especial cuidado con las personas mayores, los enfermos
y los niños, ya que son más vulnerables
Disfruta del verano, pero no olvides cuidarte!
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