El
ritmo de vida que llevamos hoy en día es en gran medida el culpable de los
problemas digestivos de buena parte de la población. Nuestro sistema digestivo
comienza en la boca, que es la frontera entre el interior y el exterior. En este
sistema es donde se rechazan alimentos (diarrea, vómitos) o se aceptan
(digestión), y donde se dan problemas o incompatibilidades que generan síntomas
como úlceras, flatulencias, gastritis o pinchazos.
Si bien
es verdad que todos esos problemas tienen detrás una explicación a nivel
físico, los hábitos poco saludables, las prisas y los problemas personales
están entre las causas. Por ello, hoy vamos a dar una serie de recomendaciones
para evitar digestiones problemáticas:
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Masticar bien los alimentos: en el caso de algunos alimentos como las
patatas, legumbres o cereales, la digestión comienza en la boca, por lo que si
los masticamos bien vamos a conseguir aprovechar mejor sus componentes a la vez
que los digerimos de manera más sana
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No beber mucho durante o justo después de las comidas: lo que
conseguimos bebiendo mucho es diluir los jugos gástricos, por lo que la
digestión se verá dificultada y retrasada
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Evitar los excesos: las comidas o bebidas muy calientes o muy frías,
comer demasiado, el alcohol, café, algunos fármacos, los alimentos fritos, el
azúcar, el tabaco o el té son factores que van a dificultar la digestión
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Comer despacio y relajadamente: hay que dedicar al menos 20 o 30
minutos a la comida. Si por cualquier circunstancia te encuentras acelerado,
ansioso o preocupado, tómate un tiempo para relajarte y después come
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No acostarse al terminar la comida: hay que esperar un tiempo
prudencial tras comer (mínimo 2 horas) para poder tumbarse. A la hora de
hacerlo, cuanto más vacío esté el estómago, mejor
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Evitar condimentos que aumenten la acidez o irriten la mucosa
gástrica: ejemplos son las especias fuertes, la mostaza o el exceso de sal.
Podemos condimentar las comidas con hierbas aromáticas carminativas o
digestivas como el hinojo, los granos de anís, la salvia, el cardamomo, el
tomillo, o el comino. Otra opción es tomar infusiones relajantes o digestivas
tras las comidas como la tila, el regaliz, la manzanilla o la melisa
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