Si bien
es verdad que las ensaladas se suelen asociar al verano, lo cierto es que en
invierno con algunas comidas pueden resultar el complemento perfecto. Además,
en otoño e invierno hay gran cantidad de verduras de temporada, por lo que podemos
encontrarlas con un mejor precio.
Una de
las opciones para hacer una ensalada son los canónigos. Se trata de una hierba
originaria de Sicilia que crece en toda Europa de manera espontánea. Su sabor
es preferentemente dulce con un fondo ligeramente picante que se transforma en
amargo cuando los canónigos son viejos. Sus hojas presentan una textura
crujiente y poseen un gran frescor.
Debido
a sus características se trata de un componente muy apreciado en las ensaladas,
usándose siempre en crudo. Precisa de muy poco aliño y éste además debe ser
suave para no modificar en exceso tanto el sabor como la textura de los
canónigos. Las mejores combinaciones en ensaladas para este alimento son toda
clase de alimentos suaves que hagan que destaque su sabor, como zanahoria,
pepino, patatas, champiñones, maíz dulce, manzana verde, diferentes quesos,
apio, frutos secos, remolacha…
Pero si
hay una cualidad de los canónigos que pasa desapercibida es la cantidad de
minerales y vitaminas que nos aporta.
Entre
los minerales cabe destacar el magnesio, potasio y fósforo; mientras que en las
vitaminas podemos citar la vitamina C (refuerza las defensas para hacer frente
a las enfermedades propias de esta época del año), vitamina A (buena para
mantener la piel en perfectas condiciones), vitaminas del complejo B y
antioxidantes (nos ayudan frente al envejecimiento).
Así que
no lo dudes más y añade canónigos a tus ensaladas.
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