Muchas
veces las personas mayores van perdiendo el apetito de manera gradual, lo que
les lleva a comer menos, dando lugar a una pérdida de peso y riesgo de sufrir
carencias nutricionales o alteraciones de la salud.
Cuando
se produce esta pérdida de apetito, lo más importante es averiguar el motivo de
la misma. Las causas más frecuentes son la depresión, la ansiedad, el
tratamiento con algunos fármacos y las infecciones. En todos estos casos, la
inapetencia es pasajera y cuando se elimina el motivo que la produce, el
apetito normal se recupera.
En
otras situaciones, la inapetencia es persistente, por lo que el riesgo de
desarrollar carencias nutricionales aumenta y hay que poner remedio a la
situación lo antes posible. Una buena forma de empezar es tener en cuenta que
pequeñas cantidades de comida van a ser mejor toleradas por la persona que
sufre de inapetencia, por lo que lo ideal es comer como mínimo 5 veces al día.
De esta manera, la persona irá sintiendo hambre a lo largo del día y comerá.
Hay que poner atención al tipo de alimentos, dando prioridad a aquellos que
sean muy nutritivos, de fácil masticación y tomados a una temperatura
intermedia (si van muy calientes, sacian más).
Algunos
consejos para despertar el apetito en aquellas personas que lo hayan perdido
son los siguientes:
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Evitar aquellos alimentos que proporcionen poca energía: las ensaladas
que llevan sólo hortalizas o las sopas y caldos con pocos fideos sacian mucho y
no son una buena opción como primer plato si queremos que el segundo plato, que
suele ser más nutritivo al llevar carnes y pescados, sea tomado con apetito.
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Tener en cuenta las preferencias de la persona con inapetencia: hay
que incluir en las comidas, e incluso entre ellas, aquellos alimentos que más
le gusten para que los coma sin problemas
-
Enriquecer las bebidas y los platos: esto se consigue mediante la
adición de alimentos como queso fundido, nata, leche en polvo, huevo…
-
Bebidas nutritivas: lo ideal es dejar un poco de lado las infusiones y
tomar bebidas más energéticas como los batidos de fruta o de leche
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Prestar especial atención a aquellos alimentos que contengan mucha
energía y nutrientes variados en poco volumen: algunas ideas pueden ser incluir
en los purés de verduras alimentos como leche, pollo, huevo, pescado blanco o
patata; o mezclar el yogur con frutos secos y fruta batida
Pero no
todo vale para que esa persona coma, ya que hay que evitar la saciedad precoz,
para lo que debemos tener en cuenta algunos puntos:
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Limitar la ingestión de líquidos durante las principales comidas para
evitar que el estómago se llene de líquido: lo mejor es beber entre 30 y 60
minutos antes o después de las comidas
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Cuidar la presentación: hay que estimular el apetito también a través
del sentido de la vista
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Variar la dieta: utilizar diferentes sabores, texturas y métodos de
cocinado
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Evitar los alimentos muy calientes: elegir alimentos templados que
serán mejor tolerados, sacian menos y permiten disfrutar más del aroma de la
comida
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Restringir los alimentos ricos en fibra, ya que poseen un alto poder
saciante
No
olvidéis que hay que tener cuidado en este tipo de casos con los complementos
dietéticos, ya que no siempre van a ser necesarios y es una decisión que debe
de tomar un profesional de la salud teniendo en cuenta diversos factores.
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