La
normativa europea indica que la leche que se vende como enriquecida con un
nutriente determinado debe contener por cada 100 ml el 15% de la ingesta diaria
recomendada de ese nutriente para la población general.
Cuando
hablamos de calcio, la ingesta recomendada para una persona adulta es de 800 mg
al día; mientras que en grupos especiales como embarazadas, madres lactantes y
niños, la ingesta recomendada asciende a 1200 mg. Esto significa que las leches
enriquecidas en calcio han de tener, como mínimo 120 mg de calcio por cada 100
ml (15% de 800).
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