Ayer
comentábamos en Facebook que la mostaza es la salsa con menos calorías de las
cuatro opciones que presentábamos (salsa de tomate, mayonesa, mostaza y
Ketchup), así que hoy vamos a hablar un poco de esta salsa.
Existe
mucha gente a la que le encanta el sabor peculiar de la mostaza, mientras que
para otros es una salsa que evitan. Sea como sea, es una manera de acompañar
nuestros platos evitando que su aporte de calorías aumente demasiado y
consiguiendo además otros beneficios.
En la
mostaza encontramos muy pocas grasas, siendo las monoinsaturadas (las “buenas”)
las que aparecen en mayor cantidad. Pero además aporta proteínas de origen
vegetal (debido a que procede de granos de mostaza) e hidratos de carbono.
Destacamos
también la gran cantidad de micronutrientes con acción antioxidante que aporta
a nuestro cuerpo, entre los que podemos citar la vitamina C y minerales como el
selenio, potasio, calcio, fósforo y magnesio.
Pero,
¿son todo ventajas cuando hablamos de la mostaza? Pues la mala noticia es que
no. El pero de esta salsa es su alto contenido en sodio (puede superar los 2.5
gramos por cada 100 gramos de producto). De todas maneras, esto no es un
impedimento para disfrutar de la mostaza, ya que si sustituimos la sal por este
aderezo en nuestros platos (combina especialmente bien con ensaladas, carnes y
vegetales), conseguiremos mantener el sodio a raya en niveles aceptables a la
vez que consumimos además micronutrientes que ayuden a nuestro cuerpo a
funcionar correctamente.
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