Todavía
no está universalmente aceptado que la obesidad obedezca a un problema de
adicción a la comida a pesar de que se han registrado imágenes de resonancia
magnética que muestran que la reacción cerebral ante la comida tiene semejanzas
con la que experimentan los drogadictos frente a la droga. La diferencia está
en que sin droga podemos vivir, pero sin comida no…
Debido
a la composición nutricional de algunos alimentos y determinadas combinaciones
entre los mismos encontramos que sí puede aparecer una adicción a la que
debemos tener presente para conseguir controlar.
Algunas
preparaciones que pueden resultar adictivas son las siguientes:
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Menú de comida rápida: si juntamos una hamburguesa (rica en grasas)
con patatas fritas (ricas en grasas) y un refresco (azúcares simples),
obtenemos la combinación más adictiva que puede existir para nuestro organismo,
Por eso, en lo que a comida rápida se refiere, cuanta más comemos, más queremos
comer.
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Chocolate con leche: la mezcla del dulce añadido mediante la leche con
la grasa del cacao es lo que puede resultar adictivo. En este caso, el placer
que experimentamos tras la ingesta de este alimento (debido a los cambios en
los neurotransmisores cerebrales) hace que queramos seguir comiendo más y más.
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Helados: existen diferentes tipos de helados y algunos resultan más
adictivos que otros, pero en general combinan grasa derivada de la leche o nata
utilizada en su elaboración con azúcares simples, tándem que puede generar
adicción.
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Nata con azúcar: en los postres solemos encontrarnos frecuentemente
con este dúo, que, al igual que en el caso anterior, combina grasas y azúcares
simples. Esta combinación le da una elevada palatabilidad y un poder calórico
enorme, además de provocar adicción.
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Pasteles y productos de bollería: este tipo de alimentos suelen
contener algo de manteca para que les confiera sabor agradable y al mismo
tiempo aporte grasa para que no se dé el proceso de oxidación; encontramos
además azúcar o dulces que dan lugar de nuevo a una combinación adictiva y poco
saludable.
Debemos
“ponernos en guardia” frente a alimentos que contengan el dúo grasas – azúcares
o sustancias estimulantes, ya que son las que pueden volverse adictivas. Pero
eso sí, con moderación podemos olvidarnos por un momento del poder adictivo de
estos alimentos y abandonarnos al placer de darnos un capricho.
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