Por ello, os dejo 10 consejos que nos da la CEACCU (Confederación Española de Organizaciones de Amas de casa consumidores y usuarios) sobre el uso de este tipo de complementos:
- Rechaza afirmaciones
falsas: no des por buenas afirmaciones del tipo “La solución para su salud y bienestar”, “El remedio definitivo
sin efectos secundarios”, “Sirve para tratar o curar enfermedades de forma
natural”.
- “Natural” no es “seguro”: la
expresión “natural” no siempre significa seguro. Desconfía. Tanto si
aparece escrito, como si se refuerza la idea con un gráfico o ilustración.
No creas de antemano que un complemento alimenticio no te hará daño y sí
te puede solucionar un problema de salud.
- Consultar al médico: no
consumas por tu cuenta complementos alimenticios. Tu médico debe evaluar
si los necesitas y te indicará qué tomar y dónde comprarlo.
- Comprar in Internet: si
buscas complementos alimenticios en la web, busca en páginas de
establecimientos seguros u organizaciones respetadas, en lugar de hacer
búsquedas a ciegas.
- No sustituir medicamentos:
nunca reemplaces tu medicamento habitual por uno o más complementos
alimenticios. Sólo los medicamentos actúan en la prevención o tratamiento
de enfermedades y sus dosis son las que aseguran un efecto demostrado.
- Efectos secundarios: no
pienses que un complemento alimenticio no tiene efectos secundarios por no
tratarse de un medicamento. Al revés, muchos contienen ingredientes
activos que producen fuertes efectos fisiológicos en el cuerpo.
- Riesgos para la salud:
pueden perjudicar o complicar nuestra salud si los combinamos;
reemplazamos medicamentos recetados; los usamos junto con medicamentos
(puede haber interacciones); los tomamos antes, durante y después de una
cirugía; o nos excedemos en la cantidad segura de algunos de ellos
(vitamina A, vitamina D, hierro, ácido fólico, betacaroteno…).
- Situaciones de riesgo: hay
que consultar con el médico si estás tomando alimentos enriquecidos con
nutrientes u otras sustancias ya que podrías correr el riesgo de superar
la dosis recomendada; si tomas cualquier medicamento (con o sin receta);
te vas a someter a una operación quirúrgica; estás embarazada o amamantas
a tu bebé; o estás pensando dar un complemento alimenticio a un niño (la
mayoría de suplementos dietéticos no se han sometido a pruebas con
embarazadas, mujeres lactantes o niños).
- Comunicar efectos adversos:
ante efectos adversos debes informar al profesional de la salud que te lo
recomendó (médico, farmacéutico…), a la empresa fabricante, o mediante un
escrito al departamento de seguridad alimentaria de tu Comunidad Autónoma.
- Vigila tu bolsillo: algunos
de estos productos tienen un precio elevado. Ten en cuenta que no es
obligatorio que los complementos demuestren sus beneficios antes de
ponerlos a la venta y que sus efectos, de tenerlos, son sólo fisiológicos.
Antes de comprarlos, procura contrastar su eficacia y asegúrate de que lo
necesitas.
Como ves, no todo es siempre tan bueno como parece... Pero tampoco es tan malo, sólo hay que tomar las cosas en su justa medida.
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