El
mejillón es un molusco que podemos disfrutar durante todo el año y que nos
aporta grandes beneficios nutricionales. Se trata de uno de los moluscos más
usados en la cocina y más apreciados por los consumidores, aunque tiene tantos
seguidores como “enemigos” debido a su peculiar sabor y textura.
Existen
múltiples variedades de mejillones, pero todas ellas son una buena fuente de
proteínas marinas de alta calidad, pero además nos aportan otros muchos
nutrientes beneficiosos que debemos tener presentes.
Las
proteínas son necesarias para mantener en buen estado nuestras fibras
musculares y conseguir un buen desarrollo muscular en el caso de los
deportistas (son los nutrientes que permiten que los músculos crezcan). Al
igual que todos los productos del mar, los mejillones contienen agua en su
mayoría (81%), por lo que van a presentar un bajo contenido en grasas y
calorías (debido a lo que se recomiendan en las dietas de adelgazamiento y
control de peso). Contienen aproximadamente unas 73 Kcal por cada 100 gramos,
siendo un 11% proteínas, 2% lípidos y 3% hidratos de carbono.
Debido
a su procedencia, tienen gran cantidad de minerales en su composición,
destacando en primer lugar el yodo, necesario para el buen funcionamiento del
metabolismo (regulado por la glándula tiroides). Contiene además grandes
cantidades de hierro (8.4 mg por cada 100 gramos, consiguiendo un aporte mayor
que con pescados y carnes, que tienen una media de 2-5 mg por cada 100 gramos),
así como dosis destacables de sodio, potasio, selenio, calcio, magnesio y
fósforo.
Pero
los mejillones además nos aportan vitaminas, donde sobresale la cantidad de
vitamina E, utilizada por nuestro cuerpo para mantener los tejidos en buenas
condiciones. También cabe mencionar las vitaminas del grupo B, como el ácido
fólico y la vitamina B12 (junto al hierro ayudan a prevenir la
anemia).
Resumiendo,
los mejillones constituyen un plato fácil de preparar y muy versátil (al
ajillo, en escabeche, al vapor…), barato y disponible durante todo el año. Lo único
con lo que debemos tener cuidado es con su frescura, ya que si no es fresco
puede dar lugar a trastornos digestivos e infecciones.
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