Esta
pregunta seguro que todos nos la hemos hecho en algún momento, ¿por qué los
obesos no adelgazan y los delgados no engordan? Los motivos de esto se
encuentran repartidos al 50% entre los genes y el deporte y alimentación que
realicemos.
Las
personas delgadas tienen el cuerpo “programado” mediante sus genes para no
acumular grasa y no tener que cargar con peso “extra”, por lo que, por mucho
que coman no engordan. Si estas personas además hacen deporte, gran parte de
las calorías consumidas con la dieta se eliminarán con el ejercicio.
En
cambio, las personas obesas tienen el cuerpo diseñado para almacenar grasa
porque sus genes creen que es bueno para asegurar la supervivencia. Para hacer
frente a esto, debemos cuidar nuestra alimentación y hacer deporte. Mediante el
deporte conseguiremos quemar las reservas inútiles que nuestro cuerpo almacena,
y cuidando la alimentación podemos controlar las calorías ingeridas.
De
todos modos, hay que tener en cuenta que estar delgado no siempre es sinónimo
de estar sano, del mismo modo que la obesidad no implica una enfermedad. Todo
dependerá del estilo de vida de la persona en cuestión. Además, con los años el
metabolismo se vuelve menos activo y se tiende al sobrepeso, incluso las
personas que han sido siempre delgadas, por lo que no hay que descuidarse en
ningún momento y mantener una alimentación equilibrada.
Sean
como sean nuestros genes, lo importante es realizar ejercicio y mantener una
dieta sana para que el resultado final sea saludable y estemos a gusto con
nosotros mismos.
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