Si bien
es cierto que cada vez intentamos cuidarnos más, la obesidad sigue siendo uno
de los mayores problemas de salud a nivel mundial. Lo cierto es que en muchos
casos encontramos que estas personas son capaces de argumentar una excusa tras
otra para no intentar adelgazar. Pero esas excusas pueden ser fácilmente
tiradas por tierra si sabemos identificarlas…
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“Soy de huesos anchos” o “soy de huesos pesados”: sí es cierto que
nuestra complexión física, la cual viene determinada por la forma y tamaño de
nuestros huesos, juega un papel importante en nuestro peso; pero también es
verdad que si tenemos obesidad es por exceso de grasa y no por lo que pesamos.
Independientemente de lo que pesen nuestros huesos, si debemos adelgazar es
porque nos sobra grasa
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“Los alimentos light no están ricos, no me gustan”: si queremos
adelgazar no hace falta ceñirnos a los alimentos light, sin azúcar o
desnatados, simplemente debemos comer las cantidades adecuadas de manera
ordenada y tratar de que nuestra alimentación sea de calidad. También es
importante tener en cuenta que la actividad física debe estar presente en
nuestra vida para conseguir un balance energético negativo que nos permita
adelgazar
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“Tengo muchos compromisos sociales”: nadie va a engordar por comer en
exceso un día o por asistir a una fiesta, pero sí por comer demasiado a diario
y no hacer ejercicio. Si por norma general en tu día a día comes de manera
adecuada y practicas ejercicio físico, los eventos sociales a los que acudas no
tiene porque suponer un aumento de peso
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“Los genes tienen la culpa”: es cierto que la obesidad presenta un
cierto componente genético (genotipo ahorrador que hace que almacenemos energía
en nuestro cuerpo en forma de grasa), pero los genes por sí solos no pueden
hacer que desarrollemos esta enfermedad. Para que la obesidad se produzca,
además del componente genético, debe sumarse el componente ambiental. Esto
significa que podemos hacer frente a nuestra genética con unos buenos hábitos.
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“Tengo el metabolismo lento”: algunas personas tienen un metabolismo
basal más activo que otras, factor sobre el que podemos actuar. Si comemos de
manera regular, ganamos masa muscular y practicamos más ejercicio, nuestro
metabolismo se activará y hará que podamos perder peso mas fácilmente
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“Las dietas no son para mí”: este enfoque es erróneo ya que las dietas
no son para nadie, pero lo que sí funciona es adoptar unos hábitos saludables
que nos ayuden a eliminar el exceso de grasa y la obesidad. Esto nos indica que
adelgazar de manera rápida y sin esfuerzo no es posible, ya que la manera de
adelgazar de un modo seguro es hacerlo con un plan personalizado y supervisado
que contemple, además de una correcta alimentación, cambios en nuestros hábitos
que apoyen esa alimentación equilibrada y sana.
Así que
ya sabéis, a dejarse de excusas y pasarse a la vida sana! Vuestro cuerpo os lo
agradecerá.
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