Muchas
veces, ya sea por prisa o por pereza, dejamos de lado la lectura de las
etiquetas de los alimentos que compramos y consumimos, corriendo el riesgo de
que no sean adecuados para nosotros.
Las
etiquetas contienen información acerca de los alimentos que debemos de tener en
cuenta a la hora de escoger un producto u otro ya que, a veces, un producto que
pensamos que va a ser sano, resulta todo lo contrario, y viceversa.
En una
etiqueta vamos a encontrar:
-
La información nutricional del alimento: especifica las calorías que
contiene, los nutrientes que incorpora, el tamaño de la porción de dicho
alimento, la cantidad de grasas (diferenciando en muchos casos entre saturadas,
insaturadas y trans), de hidratos, de proteínas, fibra y azúcares simples. Esta
información va a ayudarnos a escoger el producto adecuado a nuestras
necesidades y a lo que más nos gusta (un diabético elegirá alimentos sin
azúcares y ricos en fibra, si queremos perder peso escogeremos alimentos con
menos grasas saturadas y azúcares…)
-
La fecha de caducidad: nos va a ayudar a consumir el producto en un
periodo de tiempo que nos garantice que tendrá las características idóneas y es
seguro bajo el punto de vista alimentario
-
En la lista de ingredientes, encontraremos datos de interés para
aquellas personas alérgicas o intolerantes, además de otros ingredientes con
nombres raros que ya no nos sonarán tanto y que pueden tener detrás compuestos
poco saludables.
-
Muchas veces en el etiquetado nos podemos encontrar consejos sobre
cómo cocinar el alimento que pueden hacernos experimentar y aprender cosas
nuevas en la cocina, así como consejos de conservación para aprovechar al
máximo las características del alimento en cuestión
Ya ves
que en las etiquetas encontrarás mucha información de gran importancia que
debes conocer, por lo que vale la pena pararse a leerlas para comprar con
seguridad y de manera adecuada a nuestras necesidades y gustos.
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