Existe
la creencia de que, cuanto mayor dolor sintamos haciendo ejercicio, mejores
resultados vamos a obtener. Pero, ¿es esa afirmación cierta?
Muchas
personas que van al gimnasio creen que si no sufren dolor en los músculos al
realizar ejercicio no van a conseguir un aumento de la masa muscular y un buen
trabajo de los mismos. Este es el motivo por el que muchas veces se entrena
hasta que acabamos agotados y, lo que es peor, sin conseguir los resultados
deseados, sólo una lesión y una grado de fatiga extremo.
Lo que
sí es verdad es que debemos ser constantes y metódicos en nuestros ejercicios,
pero con un poco de cuidado y cabeza. Si lo que queremos es conseguir aumentar
músculo, debemos aumentar igualmente nuestro peso, pero sin llevar a nuestro
cuerpo al límite en ningún momento ya que puede resultar incluso
contraproducente. No podemos entrenar de manera que los ejercicios nos
provoquen dolor ya que esta sensación es una defensa de nuestro cuerpo para
avisarnos de que debemos tener cuidado porque podemos llegar a sufrir una
lesión. Por ello, en el momento en que comencemos a notar alguna molestia,
debemos detenernos y valorar qué es lo que estamos haciendo mal.
Hay que
tener cuidado también porque muchas veces el dolor aparece con posterioridad al
entrenamiento y no durante el mismo. Esto sucede cuando nuestros músculos están
cansados y necesitan un tiempo de recuperación, tiempo que debemos respetar.
Es muy
importante que cuando hagamos ejercicios lo hagamos de manera adecuada para
evitar la aparición del dolor y de posteriores lesiones. Además debemos seguir
una alimentación sana y equilibrada, dormir al menos 8 horas diarias y respetar
los tiempos de recuperación para que el ejercicio nos dé todo el resultado que
buscamos.
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