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martes, 1 de octubre de 2013

DEMASIADAS VITAMINAS


A día de hoy, todos tenemos claro que las vitaminas son un nutriente esencial para que nuestro organismo se mantenga en condiciones idóneas y pueda realizar todas las funciones diarias. También sabemos que para aportar al organismo vitaminas debemos consumir, principalmente, verduras y frutas. El problema surge cuando, además de la alimentación, se recurre a fuentes artificiales de vitaminas, pudiendo llegar a sobrecargar nuestro cuerpo con un exceso de las mismas. Esto puede provocar serios problemas, diferentes en función de cuál sea la vitamina que tenemos en demasiada cantidad.

-          Vitamina A o retinol: un exceso de esta vitamina puede provocarnos náuseas, fatiga, estreñimiento, dermatitis, un desarrollo óseo anómalo y pérdida de peso. Esta hipervitaminosis puede confundirse con los síntomas de un tumor cerebral debido a la manera en que se manifiesta (dolores de cabeza, vómitos, dolor de huesos…)

-          Vitamina B9 o ácido fólico: su exceso da lugar a irritabilidad, alteraciones del sueño y urticaria.

-          Vitamina B12: deriva en problemas como bajada de los niveles de potasio, urticaria y descenso del apetito.

-          Vitamina C: se trata de una vitamina que, tomada en su justa medida, nos ayuda a reforzar las defensas y prevenir resfriados. Pero un exceso de la misma puede dar lugar a problemas intestinales y digestivos que pueden llegar a constituir cálculos renales si la hipervitaminosis es continuada en el tiempo

-          Vitamina D: su exceso puede dar lugar a náuseas, inapetencia, calcificación de tejidos blandos, freno del crecimiento y problemas a nivel renal y cardiovascular. Los síntomas son similares a los producidos por un exceso de calcio, por lo que a veces se pueden confundir ambos problemas

-          Vitamina E: esta hipervitaminosis deriva en náuseas, alteraciones de la coagulación sanguínea y dolores abdominales

Como ves, tan malo es el defecto como el exceso de vitaminas. Por ello, lo mejor es limitar su aporte a nuestra alimentación ya que es muy complicado llegar a sufrir una hipervitaminosis mediante el consumo de alimentos. El problema viene cuando, además, consumimos suplementos vitamínicos sin necesitarlos.

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