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martes, 8 de octubre de 2013

GRASAS VEGETALES: ¿QUÉ SON?


Muchos alimentos que compramos llevan grasas en su composición como ingrediente fundamental pero no siempre conocemos el tipo de grasa que vamos a consumir ya que, en muchos casos, en la etiqueta figura simplemente “aceites o grasas vegetales”.

Aunque en un primer momento el término puede hacer que relacionemos ese tipo de grasas o aceites con algo saludable, detrás del mismo se pueden esconder componentes perjudiciales para nuestro sistema cardiovascular, como las grasas saturadas que abundan en los aceites de palma y coco, ambos vegetales.

Cuando hablamos de grasas, la primera diferenciación que debemos hacer es entre ácidos grasos saturados e insaturados, es decir, las “malas” (hacen que aumenten los niveles de colesterol en sangre) y las “buenas” (reducen los niveles de colesterol en sangre). Lo ideal es que la proporción de las segundas sea mayor que la de las primeras.
Las grasas saturadas suelen abundar en los alimentos de origen animal como la mayonesa, manteca, mantequilla, nata, crema de leche, queso y lácteos enteros, grasa de carne y aves… Pero en el caso del aceite de palma y el de coco, a pesar de su origen vegetal, las grasas saturadas se encuentran también en cantidad abundante. El problema es que ambos tipos de aceites vegetales se suelen utilizar de forma habitual en la elaboración de aperitivos salados y dulces y en bollería industrial.
Las grasas insaturadas están fundamentalmente en alimentos de origen vegetal como frutos secos, aceites de semillas (maíz, soja, girasol) y aceite de oliva. Aunque existe una excepción, los pescados azules. Estos aceites vegetales se utilizan mucho menos en la industria alimentaria debido a su elevado coste.

Y otro tipo de grasas que nos encontramos en los alimentos son las grasas hidrogenadas. Este tipo de grasas se obtienen de la siguiente manera: los aceites vegetales son líquidos a temperatura ambiente, por lo que si los queremos hacer sólidos, debemos introducir en su composición moléculas de hidrógeno (proceso conocido como hidrogenación), con lo que vamos a transformar este tipo de grasas en grasas hidrogenadas, que son más saturadas que la grasa original. De este modo, las grasas hidrogenadas, a pesar de tener un origen vegetal, se van a comportar en nuestro organismo como una grasa “mala”. Es el tipo de grasas utilizadas en la elaboración de snacks salados.
Si nos fijamos en las etiquetas, existe una gran cantidad de productos que contienen algún tipo de aceite en su composición (salsas comerciales, frutos secos fritos, conservas de pescado, precocinados, snacks salados, margarina, mantequilla, conservas de verduras y legumbres, galletas, bollería y repostería… Debemos tratar de evitar consumir alimentos donde no figure de manera clara en su etiqueta el tipo de grasa utilizada ya que, lo más probable, es que se hayan empleado grasas poco saludables en su elaboración.

Si evitamos un consumo elevado de grasas saturadas e hidrogenadas vamos a conseguir mantener a raya los niveles sanguíneos de colesterol y triglicéridos, con lo que estaremos evitando la aparición de enfermedades como la arteriosclerosis, la hipercolesterolemia y la hipertrigliceridemia.

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