Ahora
que se acerca el mal tiempo es más habitual que acudamos al cine a ver una
buena película en nuestro tiempo de ocio. Y por norma general, cine es
indicativo de picoteo, de manera que al mismo tiempo que disfrutamos de una
buena película, lo hacemos también de diversos snacks.
En la
entrada de todos los cines podemos encontrar tiendas que nos van a vender
diversas chucherías que, además de tener precios demasiado elevados la mayoría
de las veces, van a presentar un problema a nivel de nuestra salud.
Y es
que mucha gente no concibe el ir a ver una película al cine sin comer nada ya
que se trata de un momento de ocio y relax en el que olvidarnos de todo y
simplemente sentarnos a disfrutar. Cuando estamos viendo una película, tenemos
nuestra atención centrada en la misma, de manera que no nos fijamos todo lo que
deberíamos en lo que realmente nos estamos llevando a la boca. De este modo,
además de no fijarnos en la calidad de lo que ingerimos, tampoco tenemos en
cuenta la cantidad de alimento que tomamos.
La
comida con la que acompañamos las películas en el cine suele tener un alto
contenido calórico acompañado de cantidades elevadas de azúcares refinados y
grasas saturadas, todos ellos nutrientes que pueden provocar un aumento de
colesterol, un mal funcionamiento del sistema circulatorio y un aumento de
peso. Y es que las chucherías y gominolas que solemos llevar al cine no aportan
más que calorías vacías que van a desestabilizar el balance calórico de nuestra
alimentación provocando que las calorías de más se acumulen en nuestro
organismo.
Lo
ideal es no consumir nada durante el visionado de las películas, pero si no
somos capaces de resistirnos, un buen truco es llevar cantidades justas de
golosinas para controlar lo que comemos u optar por frutos secos, que al menos
son beneficiosos para la salud.
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