El
proceso de maduración de las frutas conlleva una serie de cambios en sus
componentes y algunos de esos cambios se siguen produciendo aún cuando la fruta
ya ha sido recolectada. Así, componentes como los azúcares van a convertirse en
agua y dióxido de carbono (CO2).
Entre
los procesos que se llevan a cabo durante la maduración de la fruta se
encuentra la maduración, el ablandamiento, el endulzamiento y cambios en el
valor nutritivo, la coloración y el aroma.
Durante
la respiración de las frutas, uno de los compuestos que se forma es el etileno,
un gas que va a acelerar el proceso de maduración. Por este motivo, es muy
importante que tras recolectar las frutas, se almacenen y transporten en
condiciones adecuadas de ventilación para evitar que se estropeen más
rápidamente.
Seguro
que muchas veces has oído que si pones una fruta verde al lado de manzanas
maduras, por ejemplo, la fruta verde va a madurar más rápido, verdad? Pues
bien, ahora ya sabes que el culpable de este proceso es el etileno.
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