La
interacción entre alimentos y fármacos es un hecho muy a tener en cuenta ya que
puede dar lugar a una reducción de la acción terapéutica del fármaco o una
reacción tóxica. Actualmente todos los prospectos de las medicinas incluyen
recomendaciones para evitar este problema ya que hay medicamentos que es mejor
tomarlos con la comida, otros sólo con agua, en otros casos hay que evitar la
mezcla con leche… Hay un montón de interacciones diferentes que pueden
producirse, teniendo especial relevancia aquellas que ponen en riesgo el estado
nutricional del paciente (vómitos, diarreas, carencias nutritivas…) y las que
alteran la seguridad o eficacia de los medicamentos. No hay que olvidar que
estas interacciones no deseables también pueden darse con fármacos que no
precisan receta médica para su adquisición.
Algunas
interacciones destacables son las siguientes:
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Dieta rica en proteínas: se produce una reducción de la absorción del
sucralfato, fármaco antiulceroso. Por ello se recomienda la ingestión de este
medicamento en ayunas o dos horas antes de las comidas.
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Dieta rica en grasas: disminuye la eficacia de medicamentos usados en
el tratamiento del SIDA, por lo que se recomienda su ingesta una hora antes de
las comidas o en ayunas.
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Alimentos ricos en vitamina K (remolacha, lechuga, hígado de vaca o
cerdo, té verde, verduras de la familia de la col y guisantes verdes): la
vitamina K es un anticoagulante y la ingesta de alimentos ricos en este
nutriente limita la eficacia de los anticoagulantes orales (acenocumarol y
warfarina).
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Dieta rica en ajo: provoca un descenso en la eficacia de los
inhibidores de la proteasa (por ejemplo el saquinovir usado en el tratamiento
del SIDA) y un aumento de la acción de los anticoagulantes orales (acenocumarol
y warfarina). Se debe evitar el consumo de cantidades elevadas de ajo, así como
de comprimidos o perlas de este alimento, por riesgo de sangrados y
hemorragias.
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Alimentos ricos en tiramina: se trata de productos ricos en proteínas
y madurados, envejecidos o fermentados (quesos curados, arenques, algunos
embutidos). La tiramina es un aminoácido que interacciona con fármacos
inhibidores de la MAO (Mono-Amino-Oxidasa), que tienen acción antidepresiva.
Existen registros de casos de crisis hipertensivas y hemorragias
cerebrales causadas por este tipo de
interacción. Se recomienda que se eviten los alimentos ricos en tiramina
incluso hasta tres semanas después de haber dejado el tratamiento.
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Leche y lácteos: provocan una alteración de la absorción y reducen la
eficacia de antibióticos como las tetraciclinas (evitar su ingestión con leche,
derivados lácteos o sales de calcio). Separar la toma de los antibióticos y
este tipo de alimentos al menos dos horas.
Si nos
centramos en los medicamentos, encontramos que:
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Antihistamínicos: se utilizan en el alivio y prevención de los
síntomas relacionados con las alergias, resfriados y fiebre del heno. Su
combinación con bebidas alcohólicas provoca reacciones lentas y somnolencia.
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Broncodilatadores: se usan en el tratamiento de los síntomas del
enfisema pulmonar, asma bronquial y bronquitis crónica. Haya que evitar su
ingestión con alimentos que contengan elevadas dosis de cafeína ya que la
combinación de ambas sustancias afecta al sistema nervioso central.
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Corticosteroides: utilizados para aliviar la inflamación de algunas
partes del cuerpo. Su mezcla con alimentos que lleven demasiada sal debe
evitarse, así como la ingestión de alcohol, que puede provocar irritación
estomacal.
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Aspirina: este fármaco baja la fiebre, reduce la gota y la inflamación
de las articulaciones y alivia el dolor. Su componente principal es un ácido,
por lo que su uso puede provocar irritación estomacal. Hay que evitar mezclarla
con alcohol o con zumos de frutas.
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Diuréticos: agentes que aumentan la eliminación de agua, cloruro y
sodio del cuerpo. Las interacciones con los nutrientes son varias y a veces se
producen pérdidas importantes de potasio, calcio y magnesio.
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Vasodilatadores: la más conocida es la nitroglicerina. Debe
restringirse el uso de sodio (sal) para evitar problemas.
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Antiinflamatorios: su ingesta debe acompañarse de un vaso de leche o
algún alimento para evitar irritaciones estomacales.
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Metronidazol: es un antibiótico y antiparasitario. La mezcla con
bebidas alcohólicas puede dar lugar a náuseas, vómitos, dolores de estómago o
enrojecimiento de la cara.
Existen muchas más
interacciones que las reflejadas aquí, por lo que es altamente recomendable leer atentamente los prospectos de todos aquellos
medicamentos que vayamos a consumir, incluso aunque se hayan adquirido sin
receta médica. Como bases generales para tomar medicamentos hay que evitar
ingerirlos con alcohol o bebidas calientes (el calor podría alterar su
eficacia) y, amenos que en el prospecto indique lo contrario, evitar ingerirlos
con la comida y limitarse a tomarlos con un vaso de agua.
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