A la
hora de tomar un alimento es muy importante que éste se encuentre en perfecto
estado para evitar que nos pueda hacer daño o nos siente mal. Por ello, es
importante prestar atención a las etiquetas y, en concreto, a la fecha de
caducidad o de consumo preferente que aparece en ellas.
Ambos
conceptos van a indicar la duración del producto, pero no significan lo mismo y
no aparecen en los mismos tipos de productos. Hay alimentos que no se estropean
de manera demasiado fácil y hay otros (alimentos perecederos) que debemos
consumir casi frescos y que no podemos guardar sin refrigerar o sin una
conservación adecuada porque se echan a perder más fácilmente. Estas
diferencias son la base para determinar cuál será la fecha de caducidad de un
alimento.
-
Fecha de consumo preferente (también conocida como duración mínima del
producto): aparece en aquellos productos que no tienen un riesgo elevado de
estropearse. Pero como todos los alimentos, al pasar el tiempo van sufriendo
pérdidas en su calidad, por lo que la fecha de consumo preferente nos indica la
fecha a partir de la cual el alimento puede seguir consumiéndose porque no
representa un peligro para la salud, pero ha perdido parte de sus propiedades.
Más allá de esta fecha, el alimento nos aportará una menor cantidad de
nutrientes y, a medida que siga pasando el tiempo, el estado del alimento
empeorará. Lo ideal es consumirlo antes de la fecha establecida como consumo
preferente para aprovechar todo lo que el producto puede ofrecernos.
-
Fecha de caducidad: indica el momento en que el alimento deja de ser
comestible. En este caso, se trata de un valor exacto que debemos respetar
porque si consumimos el producto más allá de la misma, puede haber desarrollado
agentes patógenos que representen un riesgo para nuestra salud. No se puede
vender ni consumir ningún producto una vez pasada su fecha de caducidad. Esta
fecha puede alargarse si congelamos el alimento, pero en estos casos hay que
tener cuidado de controlar el estado del producto y considerar el momento en el
que lo congelamos.
Resumiendo,
la fecha de caducidad suele aparecer en los alimentos que son más perecederos y
que pueden representar un riesgo para nuestra salud si los consumimos una vez
pasada dicha fecha. En cambio la fecha de consumo preferente nos informa de
hasta cuando nos podemos tomar un alimento sin que haya perdido sus
propiedades, aunque su consumo una vez pasada la fecha indicada no entrañará
riesgo para nuestra salud.
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