Todos
conocemos este tipo de bebidas. Son como cualquier refresco con burbujas
(también contienen azúcares y agua carbonatada), pero entre sus ingredientes se
encuentran cafeína, vitaminas, y otros componentes que no encontramos en un refresco
normal. La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que este tipo de
bebidas sea denominado “bebidas estimulantes” debido a su composición y sus
efectos.
El
aporte energético de estas bebidas es de unas 45 Kcal por cada 100ml, energía
que procede de azúcares sencillos (un 11-12% de su contenido), no conteniendo
proteínas ni grasas. Debido a que la absorción de estos azúcares es rápida,
pueden resultar bebidas beneficiosas como fuente energética y de líquidos
durante la práctica de deportes de larga duración.
Nos van
a aportar también vitaminas y minerales en tales cantidades que muchas veces
100 ml de este tipo de bebidas van a cubrir (o incluso sobrepasar) la CDR
(Cantidad Diaria Recomendada) de alguna vitamina como la B6.
Pero lo
más significativo es el contenido en cafeína de las bebidas energéticas, que
puede llegar a los 340mg/l y que duplica al de las bebidas de cola (aunque es
equiparable con el de una taza de café).
Estas
bebidas pueden dar lugar a cambios ocasionales en el metabolismo que alteran el
uso de nuestras reservas de energía, ahorrando glucógeno (manera en que se
almacenan los hidratos de carbono) y aumentando la utilización de grasas. El
efecto estimulante de la cafeína es también un efecto a tener en cuenta. Existen
trabajos científicos que concluyen que aumentan el nivel de alerta y mejoran el
rendimiento deportivo de los que las consumen.
-
Cafeína: en dosis moderadas estimula el sistema nervioso central, el
sistema respiratorio y puede aumentar el rendimiento muscular y el uso de los
ácidos grasos como fuente de energía, de forma que se ahorra glucógeno
(principal fuente de energía durante el deporte). Esta sustancia provoca en el
consumidor sensaciones de bienestar. Reduce la sensación de cansancio (retrasa
la fatiga y la somnolencia), produce un leve aumento de la presión arterial
(durante los primeros 20 min tras su ingestión, aunque el efecto en fumadores
puede durar hasta 2 horas), agudiza la percepción, aumenta el estado de alerta
y atención, actúa como vasodilatador, aumenta la agudeza visual, produce una
leve diuresis (sin llegar a conducir a la deshidratación), aumenta la capacidad
de reacción intelectual… Esta sustancia se elimina a las 2 a 3 horas de su
ingestión. No produce adicción, pero puede desarrollarse un síndrome de
abstinencia (dolor de cabeza que se supera en 48 horas). Deben evitar su
ingestión aquellas personas sensibles a la cafeína, aquellos con dificultad
para conciliar el sueñis, las embarazadas, mujeres en periodo de lactancia
(máximo de 300mg al día) y las personas que sufren problemas gástricos.
-
Guaraná: es una planta que crece en Brasil y Venezuela (ver foto). Existen
numerosas leyendas sobre sus efectos, pero no hay un estudio científico al
respecto. Su componente principal es la guaranina, compuesto químicamente
idéntico a la cafeína. La semilla de guaraná contiene un 5.8% de cafeína,
además de teofilina y teobromina, sustancias de efecto excitante parecido al de
la cafeína. Las semillas de esta planta contienen además almidón, fibra
vegetal, agua, pectinas, resina, saponinas y ácido tánico. El carácter graso de
estas semillas y sustancias como las saponinas o el ácido tánico hacen que la
liberación de guaranina sea más lenta que la de la cafeína. Ha sido utilizado
como estimulante y supresor del apetito, contra el dolor de cabeza, la fatiga
en ambientes calurosos, el exceso de trabajo mental y la pérdida de peso. Puede
causar insomnio, ansiedad, palpitaciones, temblores, hiperactividad y
frecuencia urinaria.
-
Taurina: es un aminoácido esencial condicionado (nuestro organismo
puede sintetizarlo a partir de los aminoácidos metionina y cisteína, pero puede
encontrarse en cantidad insuficiente) que contiene un grupo azufrado. A
diferencia de los demás aminoácidos, la taurina no forma parte de las proteínas,
sino que se encuentra en estado libre en la mayoría de los tejidos animales,
siendo uno de los aminoácidos más abundante en las plaquetas, el músculo y el
sistema nervioso en desarrollo. Se encuentra en el pescado y las carnes rojas y
en adultos es un aminoácido condicionante ya que su concentración disminuye
cuando se lleva a cabo un ejercicio físico riguroso o al experimentar cansancio
físico o estrés. Interviene en el metabolismo de las grasas facilitando su
absorción, transporte y el uso de ácidos grasos para la obtención de energía;
mejora la fuerza del músculo cardíaco y también participa en algunas funciones
del tejido muscular, por lo que puede ser de interés en algunos deportes (es
habitual que se encuentre en los suplementos para deportistas). No se han dado
problemas con su ingesta terapéutica (la dosis terapéutica es de 5 a 10mg
diarios).
-
Glucuronolactona: se trata de un hidrato de carbono derivado de la
glucosa que está extendido tanto en el reino animal como en el vegetal. Se cree
que tiene una función detoxificante pero no se conoce su mecanismo de acción.
Es un componente estructural importante de la mayoría de los tejidos fibrosos y
conectivos de los animales y se han encontrado concentraciones de 20 mg/l en
algunos vinos.
-
Ginseng: es una de las hierbas más estudiadas para el rendimiento
deportivo y existen varias especies diferentes (ver foto). Es utilizada en países
asiáticos (China y Corea) tanto a nivel gastronómico como médico. Su uso
tradicional es para restaurar la energía de la vida y en animales provoca una
estimulación del sistema nervioso central, aunque también puede dar lugar a una
depresión del mismo. Puede mejorar la sensación de bienestar. Algunos estudios
sugieren que puede provocar un aumento de la presión arterial (se le ha
relacionado con la hipertensión) y de los niveles de estrógenos en las mujeres
(no se recomienda su consumo en pacientes con cáncer de mama). Hay que tener
especial cuidado para no mezclarlo con medicamentos anticoagulantes (podría
incrementar su efecto provocando una hemorragia espontánea) ni con aspirina.
No se
han investigado todavía los posibles efectos producidos por la combinación de
alcohol con las bebidas energéticas. Lo que sí se sabe es que el alcohol
potencia su acción y puede dar lugar a una aceleración del ritmo cardíaco, con
los problemas que se derivan de ello. Además, las sustancias contenidas en
estas bebidas pueden enmascarar los síntomas de una intoxicación etílica sin
disminuir sus efectos, provocando daños irreversibles en el hígado y en otras partes
de nuestro organismo.