Muchas
veces, cuando hablamos de un alimento, nos limitamos a decir qué nutrientes nos
va a proporcionar y cómo podemos incluirlo en nuestra dieta. Pero muchas veces
existen características específicas de un alimento concreto que lo hacen único
y curioso.
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Pipas de calabaza: estas semillas se pueden comer crudas o ligeramente
tostadas. Entre sus propiedades nutritivas destacan su contenido en ácido
linoleico, hierro, zinc y vitamina A. Pero la curiosidad es que además poseen
cucurbitina o cucurbitacina, principio activo de tipo alcaloideo que presenta
propiedades vermífugas, por lo que paraliza a los gusanos parásitos del
intestino y, una vez inmóviles y separados de la pared intestinal, pueden ser
fácilmente expulsados con ayuda de un laxante.
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Aceite de salvado de arroz: lo que en un principio era un subproducto
del arroz ha llegado a convertirse en una alternativa a los aceites usados
tradicionalmente. Todo comenzó en la India, segundo productor mundial de arroz,
pero ahora el uso de aceite de salvado de arroz en la cocina se está
extendiendo a otros países. La composición de este aceite es similar a la del
aceite de cacahuete, siendo muy rico en vitamina E (tocoferol) y fitosteroles.
Algunos estudios llegan a considerarlo útil en el tratamiento de hiperlipemias
para reducir el nivel de colesterol en sangre.
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Almendras amargas: este tipo de almendras no procede del mismo árbol
que las almendras dulces y contienen ácido cianhídrico tóxico, por lo que hay
que usarlas en muy pequeñas cantidades (no hay problemas hasta 30 gramos).
Pueden añadirse ralladas en productos de repostería, donde también se suele
utilizar el aceite de almendras amargas, producto con el que hay que tener las
mismas precauciones. Proporcionan a los dulce un sabor y aroma que resulta muy
agradable.
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Cebolla: tiene una elevada cantidad de compuestos volátiles azufrados,
componentes del aceite esencial que le da su característico sabor picante y le
proporciona sus efectos beneficiosos para la salud. Este aceite esencial tiene
como acción directa en las vías respiratorias el facilitar la expectoración,
acción bactericida que está científicamente probada. Debido a esta
característica, la cebolla es utilizada para combatir infecciones como
bronquitis y resfriados, siendo útil para eliminar la mucosidad.
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Besugo: este pescado blanco es muy conocido en toda la península y se
ha consumido desde el Neolítico, tal y como confirman diversas excavaciones
realizadas en Escocia. Tal es la estima que le tenemos a este pescado que ha
dado nombre a un utensilio de cocina utilizado para cocinar cualquier tipo de
pescado, la besuguera.
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Remolacha: de esta hortaliza se obtiene un colorante utilizado en la
industria alimentaria para dar color rojo a alimentos como helados, sopas o licores,
el E-162 (rojo de remolacha o Betania).
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Orejones: se trata de albaricoques o melocotones deshuesados y
deshidratados. Su consumo puede provocar reacciones alérgicas en personas
sensibles debido a los sulfitos que se añaden durante su elaboración industrial
(se recolectan, se lavan, se cortan, se deshuesan, se colocan en bandejas y se
desecan, siendo uno de los métodos el espolvoreado con sulfitos cubriendo
posteriormente las bandejas durante unas horas; luego se exponen al sol varios
días, se almacenan en cámaras de sulfatación, se ventilan, se envasan y se
distribuyen para la venta).
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Copra: es la carne del coco desmenuzada o molida tras secarla y
deshidratarla (al sol o en un horno). A partir de ella puede obtenerse el
aceite de coco.
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Congrio: la sangre de este pescado, al igual que la de la morena y la
anguila, contiene toxinas que se destruyen con el calor (temperaturas
superiores a los 60ºC). Debido a que este tipo de pescado se suele consumir
bien cocinado, estas toxinas no presentan ningún peligro para la salud.
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Arroz salvaje: realmente no es arroz sino la semilla del “arroz indio
o Manomin” o “avena de agua”, planta acuática que crece de manera silvestre en
los suelos pantanosos de América del Norte. Su grano es de sabor a avellana y
textura crujiente, de color oscuro y más fino que el arroz de gramo largo. Se
mantiene entero tras su cocción, por lo que tiene un gran interés decorativo en
los platos. Suele encontrarse a la venta envasado en cajas de cartón y mezclado
con arroz blanco de la misma forma.
¿A que
no lo sabías?