Todos
sabemos que, a día de hoy, la obesidad y el sobrepeso están muy presentes entre
la población, y esto se debe principalmente al estilo de vida y a la manera en
que nos alimentamos.
Tanto
el sobrepeso como la obesidad son la consecuencia, a grandes rasgos, de un
desequilibrio de energía entre las calorías que ingerimos y las que consumimos,
siendo en ambas situaciones superiores en el primer caso. Pero si indagamos más
a fondo en las causas de ambos desequilibrios, nos encontramos con una suma de
motivos hormonales, genéticos, metabólicos, de comportamiento y psicológicos.
La
conducta dietética de cada persona puede encajarse en uno de los patrones que
se comentan a continuación, aunque hay que tener en cuenta que a veces se
combinan en la misma persona varios de estos tipos.
-
Dulceros (“sweeter”): son personas con especial afición por los
dulces, de manera que cuando este tipo de alimentos se encuentra a su alcance,
suelen abusar de ellos sin poder resistirse.
-
Consumidores de grandes raciones (“bigger”): las porciones de comida
que suelen tomar las personas de este grupo son exageradamente grandes, por lo
que están ingiriendo raciones por encima de las recomendadas
-
Personas permanentemente a dieta (“Dieter”): se trata de aquellas
personas que presentan un pequeño exceso de kilos que no plantea un problema a
nivel de salud, pero sí para ellos mismos a nivel estético. Por este motivo,
suelen encadenar dietas, especialmente dietas milagro, consiguiendo como
resultado una situación peor que la de partida ya que sufrirán efecto rebote y
cada vez el exceso de kilos será mayor que el anterior
-
Personas que picotean a cualquier hora (“snacker”): su patrón de
alimentación se centra en las horas de picoteo en lugar de los momentos
estándar de las comidas. Es decir, son personas que pueden no comer o comer muy
poco en el desayuno, media mañana, comida, merienda y cena, pero que entre
horas es cuando suelen ingerir la mayor parte de sus calorías diarias. En
algunos casos, además de las comidas estándar comen en abundancia entre ellas.
Por
norma general, cuando un paciente con sobrepeso u obesidad acude al
especialista para perder peso, lo primero que se hace es ver a cuál o cuáles de
los patrones anteriores corresponden sus hábitos alimentarios, y rara vez se
engloba en uno solo, de manera que, por ejemplo, podemos tener una persona que
presente un 50% de comportamiento alimentario “Dieter”, un 35% “bigger” y un
15% “sweeter”. Siempre debemos tomar la conducta general del individuo y
asignar el porcentaje que corresponde a cada uno de los tipos presentados
anteriormente.
Una vez
que hayamos determinado cuáles son los “problemas”, se puede plantear un
tratamiento totalmente personalizado para esa persona que tenga en cuenta todos
los factores importantes y específicos de ese paciente en concreto
(circunstancias familiares, condicionantes sociales y laborales, comportamiento
alimentario, estilo de vida…).