- Las verduras en conserva no
tienen vitaminas:
si las comparamos con las frescas, encontramos que son pobres en ácido fólico y
betacaroteno. Esto es debido a estar tanto tiempo en contacto con el líquido en
el que se encuentran inmersas (las vitaminas se solubilizan en él), a la luz
(envases de cristal) y al tratamiento térmico.
-
Si tomas algo después de la
leche, sienta mal:
¿cuántas veces has oído decir esto, sobre todo a las abuelas? Pues bien, es
falso. La leche no se va a “cortar” porque tomemos algún otro alimento después.
Es más, una vez ingeridos todos los alimentos se van a mezclar en el estómago,
así que aunque tomemos la leche al final, acabará encontrándose con el resto de
comida. Esta creencia se trata más una cuestión cultural y de dar un orden a
las comidas. La leche es calmante y un protector gástrico, por lo que ayuda a
tener mejores digestiones.
-
Una mujer embarazada tiene que
comer por dos:
es otro dicho popular muy extendido pero erróneo. Es verdad que las mujeres
embarazadas deben aumentar las calorías diarias que consumen, pero no deben
doblarlas ya que sería un exceso perjudicial.
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