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Tomar un yogur caducado es malo: a menos que la pasteurización de la
leche esté mal hecha, es imposible que un yogur caducado nos pueda producir una
intoxicación ya que con este tratamiento se garantiza que esté libre de bacterias
patógenas. Lo que sí se altera con el paso del tiempo son los sabores y olores
del yogur ya que aumenta la acidez y pueden producirse malos olores porque las bacterias del yogur (inofensivas pero
vivas) siguen trabajando, aunque si sólo han pasado unos días desde la fecha de
caducidad, ni siquiera se aprecian estos cambios.
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El alcohol quita el frío: ¿cuántas veces has oído decir que “con una
copa se entra en calor”? Cuando tenemos frío, los vasos sanguíneos de la piel
se contraen para que no se disperse el calor, evitando así que baje la temperatura
corporal. Si tomamos alcohol, los vasos sanguíneos se dilatan, produciendo un
flujo mayor de sangre hacia la piel, lo que nos da sensación de calidez. Pero
si continuamos expuestos al frío, el cuerpo se enfriará más fácilmente,
pudiendo llegarse a la hipotermia.
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La fruta tomada después de la comida engorda: este también es un mito
bastante extendido que carece totalmente de fundamento ya que una fruta aporta
las mismas calorías antes o después de las comidas. Sí es verdad que consumida
antes produce saciedad, ya que contiene fibra. El total de calorías diarias no
se ve influenciado por el orden en que se ingieren los alimentos, aunque sí
puede afectar a su digestión.
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