Han
corrido ríos de tinta sobre esta dieta revolucionaria que llegó a España con
gran fuerza, pero ¿es tan buena como la pintan?
BASES
DE LA DIETA DUKAN
Este
método consiste en la ingesta de proteínas y reducción de hidratos de carbono,
resultando una dieta hiperproteica (con exceso de proteínas) y cetogénica
(genera en el cuerpo un estado parecido al del ayuno o la desnutrición).
La
dieta Dukan consta de cuatro fases:
-
Fase 1 o de ataque: es corta y rápida (de 2 a 7 días), consiguiendo
resultados inmediatos. En esta primera fase la dieta se compone de 72 alimentos
muy ricos en proteínas (carne, pescado, aves, mariscos, huevos y lácteos
desnatados), pudiendo
considerarse la fase de “proteínas puras”. Se eliminan de la dieta los hidratos
de carbono y se reducen al máximo las grasas. No se limita la cantidad de
alimento, pudiendo comer todo lo que se quiera de esos alimentos recomendados. Con
esta fase se trata de dejar al cuerpo sin reservas de glúcidos (hidratos de
carbono) que utilizar, por lo que deberá usar las grasas almacenadas, dando
lugar a la cetogénesis.
-
Fase 2 o de crucero: en esta fase se pretende alcanzar el peso elegido,
durando el tiempo necesario hasta que esto ocurra. Se trata de un “régimen de
proteínas alternadas”, intercalando días de proteínas puras con días de
proteínas + verduras (28 verduras recomendadas). Ya se incluyen los hidratos de
carbono, pero sólo los que lleven las verduras, por lo que nuestro cuerpo
seguirá sin tener reservas suficientes y continuará quemando grasas, lo que
provoca que se siga adelgazando.
-
Fase 3 o de consolidación: en ella se trata de mantener y consolidar
el peso obtenido en la fase anterior tratando de evitar el conocido “efecto
rebote” que se da tras una pérdida de peso rápida. Es el periodo más vulnerable
y dura 10 días por cada kilo perdido. Se trata de intentar volver a una dieta
equilibrada, donde tendremos dos días “de gala”.
-
Fase 4 o de estabilización definitiva: no hay restricciones de
alimentos pero incluye 3 dogmas indiscutibles para conservar el nuevo peso: un
día fijo por semana de régimen de ataque (fase 1), renunciar a los ascensores y
tomar 3 cucharadas de salvado de avena diariamente por el resto de nuestra
vida.
Resumiendo,
se trata de perder lo más rápido posible peso al principio para luego seguir
perdiendo de forma gradual hasta estabilizarnos.
FALTAS
Y FALLOS
Hay que
aclarar que las fases peligrosas son las dos primeras ya que en ellas se reduce
nuestra dieta a un número muy limitado de alimentos y nuestro cuerpo no recibe
todos los nutrientes necesarios.
El no
disponer de hidratos de carbono hará que no tengamos capacidad para obtener “energía
inmediata” de nuestro cuerpo ya que no tiene nada que quemar para producirla,
lo que puede provocar problemas como sensación de cansancio generalizado.
Otro
problema es el exceso tan grande de proteínas que vamos a experimentar, ya que
se producirá una sobrecarga renal y del hígado debido a la eliminación de los
residuos metabólicos generados por las proteínas. El hígado producirá mayor
cantidad de cuerpos cetónicos, compuestos que pueden llegar a ser tóxicos para
las células nerviosas y que pueden provocar mal aliento.
Con esta
dieta, además de perder grasas, se pierde masa muscular y mucha agua, se dan
problemas de estreñimiento por falta de fibra, vitaminas y minerales, calambres
musculares por falta de azúcares…
No es una
dieta nada recomendable para pacientes con patologías metabólicas,
insuficiencia renal o problemas con el ácido úrico.
Hay que
decir que sí estamos ante una dieta eficaz para perder peso, pero a un precio
demasiado alto para mi opinión. Está claro y comprobado que si el cuerpo no
tiene hidratos de carbono para quemar, quemará grasas, lo que provocará que
adelgacemos, pero el cambio que se da en el metabolismo debido al cambio tan drástico
en la alimentación es algo que puede pasarnos factura. Además de las carencias
de nutrientes que se dan en las dos primeras fases del método.
CONCLUSIONES
No
existen estudios científicos donde, además de la pérdida de peso evidente, se
confirme que se trata de una dieta segura y saludable. Sí existen estudios que
indican que no es eficaz a largo plazo en el 80% de los casos.
Uno de
sus mayores problemas es que se trata de una dieta estándar que no irá bien a
todo el mundo ya que cada persona y cada cuerpo reacciona de una manera, por lo
que lo mejor es siempre seguir un plan personalizado.
Mi
opinión es que vale la pena cambiar los hábitos, comer de forma sana y
equilibrada sin eliminar ningún alimento, y hacer ejercicio. De este modo no
bajaremos peso tan rápido, es verdad, pero eliminaremos la posibilidad de un “efecto
rebote” y estaremos cuidando nuestra salud y nuestro cuerpo, que pienso que es
lo más importante.
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