Este
tipo de dietas son muy populares y existen infinidad de ellas, pero en este
caso, cantidad tampoco significa calidad…
Para
que una dieta se considere como “dieta milagro” debe cumplir unos puntos:
-
Aseguran una pérdida de peso rápida y muy importante
-
Su nombre es atrayente y singular, llama la atención desde el primer
momento
-
Garantizan un adelgazamiento sin esfuerzo, sin necesidad de ejercicio
y sin dejar de comer
-
Se basan sólo en un alimento que tiene que estar presente en todas las
comidas de forma obligatoria y a diario, como por ejemplo la dieta de la piña;
o en la eliminación de algunos grupos de alimentos
-
Exageran sus propiedades y características usando palabras como fantástica,
maravillosa, magnífica, asombrosa
-
Se deja entrever de manera poco explícita un negocio, como por ejemplo
dietas con determinados batidos o complementos de una marca concreta
Si una
dieta se ve reflejada en los puntos anteriores, lo más probable es que se trate
de una dieta milagro que pueda provocarte carencias nutricionales, “efecto
rebote” y otros daños a la salud (pérdida excesiva de líquido, pérdida de masa
muscular, cansancio, estados de ansiedad y nerviosismo…)
Hay que
recordar además que este tipo de dietas no tienen base nutricional ni científica
alguna. No existen fórmulas mágicas para perder peso y se aconseja perder como
máximo un kilo a la semana (4-5 kilos al mes) haciendo ejercicio y reduciendo
las calorías en la dieta (lo cual no significa suprimir alimentos, sino saber
combinarlos de la manera adecuada). Si perdemos kilos de forma más rápida, lo
que obtendremos serán desequilibrios en el organismo.
Dietas
que no deberíamos tener en cuenta a la hora de plantearnos perder peso son:
-
Las que se complementan con cremas, pildoras…: suele ser pura
publicidad y carecer de una eficacia probada
-
Las que prometen “pierda peso de forma fácil y sin esfuerzo”: si
realmente existiera una fórmula mágica, todo el mundo la aplicaría, no? Pero
hay que recordar que para perder peso se necesita perseverancia y continuidad,
algo que requiere un esfuerzo por nuestra parte.
-
Las que eliminan algún grupo de alimentos: para que nuestro cuerpo
funcione de manera adecuada necesitamos comer todos los grupos de alimentos,
grasas incluidas. Lo que hay que saber manejar y controlar son las cantidades
de cada grupo, ya que cada uno tiene unos nutrientes (minerales y vitaminas
esencialmente) que los demás grupos no poseen o tienen en cantidades
insuficientes.
-
Las de menos de 1500 Kcal: este tipo de dietas comienza a presentar carencias
de energía, nutrientes y vitaminas.
-
Las que presumen de una pérdida de peso rápida: suelen tratarse de
dietas a base de diuréticos que hacen que lo que perdemos sea agua y no grasas,
con lo cual es una pérdida de peso ficticia que volveremos a recuperar.
Si
quieres adelgazar, hazlo de una manera razonable y, a ser posible, de forma
personalizada. Come de forma sana y equilibrada, haz ejercicio y aprende a
comer bien sin tener que prescindir de ningún alimento. De este modo, aunque te
lleve más tiempo y esfuerzo, los kilos que te saques de encima, no volverán.
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